1-Debemos tener en cuenta
que cada niño/a tiene su propia personalidad, con sus virtudes y sus
aspectos a mejorar. Valorar a nuestros hijos más por sus cualidades
positivas y mostrarles afecto y atención, y dad tiempo a que poco a
poco progrese.
2-Cuando vuestro hijo
lleve a cabo una conducta positiva, debéis alabarle. Reforzar su
conducta con felicitaciones, abrazos y elogios, evitando siempre
regalarle objetos materiales.
3-En ningún momento
debéis atacar a vuestro hijo. No echadle en cara hechos del pasado
ni tampoco insultarle. No emplear respuestas como: “¡Pero si es
que estás atontado! ¡Siempre estás igual! ¡Eres un borrico! ¡No
tienes remedio!”, etc. En su lugar, intentaremos ayudarle a que
piense sobre lo que ha hecho y le explicaremos cuál sería la
conducta deseable, intentando siempre hacer un ejercicio de empatía:
“Entiendo cómo te sientes, pero no me parece bien lo que acabas
de hacer ahora. Creo que deberías...”.
4-Alabar siempre sus
progresos y sus esfuerzos. Es importante para lograr que tenga un
autoestima positiva y sana.
5-Intentar ayudarle a que
entienda las reacciones y comportamientos de los demás, y que
entienda por qué un determinado comportamiento suyo no ha sido
correcto. Centrarse más en las conductas presentes, no echar en cara
hechos del pasado.
6-En casa, debe haber
normas de conducta para todos y todas. Es decir, todos los miembros
de la familia deben tener normas de conducta. Deben estar formuladas
en positivo, ya que la idea es aclarar y explicar cuál es la
conducta positiva a llevar a cabo. Acordar con él las sanciones y
castigos que recibirá de no cumplirlas, aunque lo ideal es que los
castigos se basen en reparar los daños causados y que deba realizar
una tarea que le desagrade. Nunca utilizar castigos corporales, y
habitualmente castigarle sin algo que le agrada (por ejemplo,
quitarle la consola) no suele ayudar mucho. La familia debe mostrarse
firme en el cumplimiento de estas normas. Ejemplos de normas en
positivo:
- Habla a tu familia con respecto sin emplear insultos.
- Termina siempre los deberes antes de salir a jugar.
- Cuando nos sintamos nerviosos y a punto de enfadarnos, respirar hondo e intentar decir las cosas de manera amable.
- Recoger siempre los juguetes después de haber terminado de jugar.
- Ayudar a tus padres cuando te necesiten.
- Hacer caso a tus padres cuando te llaman y te dan una orden.
- Etc.
7-Nunca bajar la guardia.
No debemos permitirle ninguna falta de respeto ni dejarle pasar
ninguna mala conducta. Es importante que haya constancia en las
pautas y en la aplicación de las normas.
8-Evitar perder la
compostura delante de nuestro hijo. Si os sentís nerviosos, es mejor
iros a otro lugar a relajaros y a desahogaros sin que él os pueda
ver u oír. Luego, podéis ir a hablar con él con más calma de lo
ocurrido. Si él se pone muy nervioso, para evitar que acabéis
alterados, lo metéis en su cuarto solo durante unos 5-10 minutos
hasta que se calme. Una vez que se haya calmado, retomaréis las
conversaciones. Recordad que si nos comportamos de forma agresiva o
histérica con ellos, pues tenderán a imitar vuestra conducta. Los
padres son el principal reflejo y eje educativo de los niños y
niñas.
9-Cuando haya un
conflicto en el colegio, nunca sobreprotegerlo. Hablad con todas las
personas implicadas, escuchar a todos e intentad ayudar a vuestro
hijo a resolver lo sucedido y a asumir las consecuencias de sus
actos.
10-Para reducir cualquier
síntoma de nerviosismo, es importante proporcionarle un ambiente
relajado, estructurado y predecible. Debe tener un horario de
actividades y tareas, que siempre sepa lo que se va a hacer en cada
momento. Las rutinas que citamos también se refieren a las horas de
estudio, tiempo para dedicar al ocio, etc.