Continuamos con la entrada que comenzamos el mes pasado, para evitar que se hiciese tan larga. Decir que pertenecen a unas jornadas que se realizaron en la Universidad de Cádiz sobre buenas prácticas docentes. Aquí se analizan brevemente 4 de ellas (2 en cada entrada). Pertenece a un informe que tuve que realizar para optar al diploma de asistencia y aprovechamiento. Principalmente quise ir a aprender y disfrutar de la experiencia, pero la burocracia es la burocracia y debo superar trámites para que me certifiquen las actividades a las que asisto y/o participo:
1.
“Diversidad
metodológica en el Aula de Infantil”. Mª Isabel García Piñero
La ponente nos muestra cómo poder enseñar contenidos
específicos dentro de la etapa de Educación Infantil. En esta etapa
habitualmente se ha trabajado mucho a base de fichas, pero la profesora insiste
en que no es recomendable abusar de esta metodología. Los niños-as pueden
aburrirse y no motivarse. Es positivo que aprendan a la vez que se divierten, o
ejecuten una acción, o que encuentren una motivación para aprenderse un
contenido. Por ejemplo, la profesora enseña los meses del año con la motivación
de que cada alumno-a se aprenda las fechas de los cumpleaños de todos sus
compañeros-as. La profesora expuso algunos ejemplos similares con otras
habilidades, como ordenar, contar y aprenderse la hora, pero sobre todo destaco
la metodología por proyectos. Apoyo la reflexión de la profesora de aplicar los
principios del constructivismo dentro de las metodologías de
enseñanza-aprendizaje que apliquemos dentro de las aulas. No podemos intentar
imponer un concepto o intentar que se lo aprendan y crean que ese concepto tiene
ese significado, esa utilidad y esa forma de funciona porque sí. Ese
conocimiento se les olvidaría enseguida si no consiguen entenderlo o conectarlo
con lo que ya saben y sus experiencias. Y además, son niños-as muy pequeños, es
importante que aprendan a explorar su entorno. Deben aprender a hacerse
preguntas, a cuestionar todo lo que ven a su alrededor, preguntarse para qué
sirve cada elemento que se encuentran y cómo se hacen algunas tareas sencillas.
Para ello, debemos explorar sus concepciones y habilidades iniciales, y diseñar
un proyecto que les permita entrar en acción, es decir, realizar una tarea que
les resulte motivadora y a medida que van desarrollándola, siempre contando con
el apoyo del profesorado y otras personas, van aprendiendo nuevos conocimientos
y habilidades.
Un ejemplo que presentó la profesora, dentro de la
metodología de proyectos, es la de crear un mercadillo. Los niños quieren
vender objetos o materiales que han hecho, o incluso algo que han encontrado y
que les llama la atención (ej: conchas de la playa), y van aprendiendo a contar
y realizar operaciones sencillas de sumar y restar cuando compran, reciben y
devuelven dinero (imaginario). Dentro de un proyecto así, podemos introducir
todas las áreas. Podemos desarrollar la comunicación a medida que vayamos
estableciendo relaciones entre vendedor y clientes, aprendiendo expresiones
formales de educación o de cómo solicitar las cosas, además de nuevo
vocabulario (por ejemplo, materiales que han encontrado y que desean vender,
nombres de diferentes tipos de vendedores según el producto que vendan:
panadero, pastelero, quiosquero, etc). Podemos reforzar la concepción de número
y las operaciones básicas de sumar y restar a medida que realicemos operaciones
de compra-venta en el mercadillo. Podemos desarrollar habilidades artísticas
iniciales cuando fabriquemos algunos materiales que deseemos vender, desde
figuritas de plastilina hasta dibujos. Y con este tópico de ejemplo, podemos
hacer otros, desde trabajar la obra de un artista (Pablo Picasso) hasta
profundizar sobre el flamenco. Podemos introducir diversas tareas donde tengan
que llevar a cabo numerosas habilidades y utilizar diferentes recursos. Es
positivo que, dentro de estos proyectos, planteemos tareas donde el trabajo
cooperativo sea un elemento clave (por ejemplo, representar entre todos una
obra de Picasso, representando unos las líneas del dibujo con cubitos y el
resto rellenándola con bolitas de papel charol, plastilina, arena, etc), donde
la comunicación entre todos los compañeros-as para que se coordinen sea
fundamental, ya que es una habilidad transversal que les servirá tanto para la
vida cotidiana como para seguir avanzando en futuros niveles académicos. Y
siempre que se realiza una tarea, luego se debe limpiar lo que se ha ensuciado
y ordenar la clase, fomentando de nuevo el trabajo cooperativo y valores
positivos relacionados con la seguridad y la higiene. Esto se reflejaba en las
propuestas de la profesorado, y los análisis que he realizado concluyen en que
se puede aprender de una manera más divertida, que incite a que el alumnado
esté activo y pueda interesarse por los contenidos para poder realizar las
tareas de manera adecuada (por ejemplo, a la hora de vender un producto).
Como propuesta, me gustaría ver cómo la profesora podría
incorporar las TIC en su aula de Educación Infantil, y dentro de la metodología
de proyectos. ¿Cómo pueden realizar algunas tareas utilizando las TIC? Aunque
sean pequeños, existen programas educativos dirigidos a alumnos-as de estas
edades, y con el debido apoyo y asesoramiento, pueden aprender competencias
digitales iniciales (encender y apagar el ordenador, abrir una carpeta, jugar
con el buscaminas, ver un vídeo, escribir en el bloc de notas, etc). Podrían
buscar vídeos e imágenes donde se refleje el tópico que estén trabajando,
siempre adaptados a sus niveles de desarrollo cognitivo, edad y concepciones.
Por ejemplo, si estamos trabajando el tópico del mercadillo, podemos mostrar
imágenes de mercadillos, de personas preparando el mercadillo y elaborando
materiales (por ejemplo, bolsitos y monederos con recortes de historietas de
Mortadelo y Filemón), e incluso vídeos que podemos encontrar en Youtube, Vimeo,
Dailymotion y otras plataformas. E incluso puede haber algún software o juego
educativo relacionado con los mercadillos donde pueda trabajarse algún área
específica, o simplemente utilizarlo como premio o motivación por el esfuerzo.
2.
“Integrat-e:
Una propuesta exclusivamente inclusiva”. María del Mar Gallardo.
Confieso que ya conocía esta propuesta, puesto que fue
presentada también en el IX Congreso Internacional de “Universidades y
Educación Especial” desarrollado en la Universidad de Cádiz a finales de marzo.
La profesora quiere demostrarnos las ventajas de aplicar los principios de la educación
inclusiva en las aulas. Se trata de que todo el alumnado, independientemente de
sus características y necesidades, tenga derecho a ser educado en igualdad de
oportunidades y dentro de su misma escuela y aula junto al resto de sus
compañeros-as, aprovechando todas las ventajas del aprendizaje cooperativo y de
forma que se creen valores positivos entre las personas con respecto a la
valoración de las potencialidades y posibilidades de estas personas dentro de
la sociedad. Es decir, se trata de evitar que las personas subestimen las
capacidades de aquellas personas que presentan alguna discapacidad, trastorno
del desarrollo, dificultad de aprendizaje, etc, con respecto hacia dónde puedan
llegar en la vida. Además, ellos deben poder darse cuenta de que esas personas
pueden aportarnos nuevos conocimientos, echando para atrás cualquier
estereotipo y prejuicio que llevaba a que discriminásemos a estas personas. Es
lo que ha intentado fomentar la profesora con su experiencia. Todas las
personas, independientemente de nuestra caracterización, tenemos
potencialidades y dificultades. Se basa en las teorías de la inteligencia de
Gargner, donde las personas tenemos 7 tipos de inteligencia. Hay personas que
puedan ser muy habilidosas a la hora de comunicarse y escribir un texto (por
ejemplo, Arturo Pérez Reverte), y otras en cambio pueden ser brillantes jugando
al baloncesto (por ejemplo, Michael Jordan). Ambas personas son personas muy
inteligentes, pero una destaca sobre el otro en un ámbito determinado. Cada uno
de ellos tiene mucho que aportar a cualquier persona, y enseñar sus
habilidades, sea saber escribir un texto o saber jugar al baloncesto.
En este caso, dentro del área de Educación Física,
desarrolla un proyecto que consiste en que el alumnado con necesidades
específicas de apoyo educativo (NEAE) deba enseñar una coreografía a sus
compañeros-as del colegio. La profesora monitoriza y enseña a sus alumnos-as, y
luego ellos-as deben enseñarles la coreografía a sus compañeros-as, dirigiendo
todos los ensayos con ayuda de la profesora de Pedagogía Terapéutica del
centro. Sus compañeros-as se quedan muy sorprendidos al comprobar que quien
menos se esperaban están enseñándoles algo que ellos no sabían. El alumnado con
NEAE les está aportando algo. Y durante una experiencia como ésta, se potencia
el trabajo cooperativo, se refuerzan las relaciones interpersonales y positivas
entre todo el alumnado y se van eliminando los estereotipos y prejuicios
negativos que ellos-as tenían sobre estos compañeros-as con NEAE. Es una
experiencia que puede trasladarse a otros contextos y enseñar otras áreas, por
ejemplo, informática. Puede enseñarles a navegar por Internet o a utilizar un
programa por el que antes ya han sido asesorados por el profesorado. Además,
del éxito de este proyecto, han surgido otros proyectos como el “Coeduca-t”,
relacionado con la consecución de la igualdad de género y el desarrollo de
valores positivos para el respeto y el fomento de relaciones positivas entre
hombres y mujeres, rechazando cualquier tipo de discriminación y la violencia
de género.
Como propuesta para enriquecer esta actividad, sería
interesante analizar cómo otras personas con NEAE han podido llegar lejos
gracias a su esfuerzo y al apoyo mostrado por los demás. El espíritu que han
mostrado estas personas puede serles útil para ayudarles a superar cualquier
dificultad que se encuentren en su vida, y que sepan a quiénes pueden consultar
para pedirles ayuda. Por ejemplo, podemos analizar los casos reales de Pablo
Pineda, persona con Síndrome de Down que consiguió estudiar Magisterio y
Psicopedagogía (aunque sin ser consciente de su “etiqueta”), o incluso
películas como “El circo de las mariposas” o “Yo soy Sam”, donde sus
dificultades no le impidieron progresar, alcanzar metas o simplemente poder
amar y ser amados y tener derecho a amar y cuidar a alguien. Existen muchos
recursos, tanto en libros, como incluso en cómics o novelas gráficas, y si no
el propio profesorado puede elaborarlos. Se trata de reflexionar entre todos la
situación actual por la que viven estas personas y el derecho a la vida, a la
educación y al trabajo que tienen todos ellos-as.
CONCLUSIONES
Las experiencias que
hemos analizado aquí de forma breve nos llevan a la conclusión de que podemos
mejorar nuestras prácticas docentes si innovamos e intentamos cambiar algo de
nuestras prácticas habituales. El objetivo es siempre el mismo cuando aplicamos
cualquier metodología: mejorar y lograr mejores resultados en lo que se refiere
al aprendizaje significativo y al desarrollo de competencias básicas en nuestro
alumnado. Innovar significa cambiar para intentar progresar, partiendo de
aquellas necesidades que diagnostiquemos en el aula. Estas experiencias son tan
solo un ejemplo más de lo que se está intentando hacer en las aulas para superar
el fracaso escolar, aumentar la motivación del alumnado por sus estudios y por
desarrollar una serie de competencias básicas que les permita al alumnado
desenvolverse de forma satisfactoria en la sociedad. Como dijo uno de los
ponentes, el motivo por el que algunos estudiantes abandonan el instituto
cuando terminan 4º de ESO es porque están hartos del profesorado y de estar
aburridos en clase, y pueden ser personas habilidosas que podrían tener un
futuro mejor si consiguiéramos motivarles y animarles a estudiar, sea Formación
Profesional, sea una carrera universitaria, u otras enseñanzas (recordemos que
no se es menos persona por estudiar un FP, ya que su labor es muy importante
para satisfacer necesidades básicas y un estudiante de FP puede convertirse en
emprendedor y crear puestos de trabajo).
A raíz de lo que hemos
trabajado durante todos los bloques de las Jornadas y de lo que he podido
experimentar dentro de las aulas y otros contextos educativos, podríamos
establecer algunas futuras líneas de investigación-intervención:
- Introducir el espíritu investigador de las áreas de “Proyecto integrado” que se están llevando a cabo en los currículos de 4º de ESO y Bachillerato a las etapas de Educación Primaria y el resto de cursos de ESO, creando propuestas que permitan globalizar todas las áreas alrededor de un tópico.
- Explorar cómo podemos integrar las TIC de forma significativa, sin que estos recursos sean un sustituto del profesorado y de los libros de texto, a la vez que podamos darle un uso que permita conseguir que el aprendizaje de las diferentes materias sea más significativo además de permitirles desarrollar competencias digitales. Como propuestas, podríamos incluir plantear casos prácticos y simulaciones de experiencias reales dentro de las aulas y profundizar más en trabajar la educación mediática en las aulas para que hagan un mejor uso de los medios y aprendan a analizar e interpretar la información que reciban de ellos y a crear a través de ellos.
- Aunque las propuestas didácticas de coeducación puedan ser muy significativas para prevenir más casos de violencia de género y de discriminación entre sexos, podría ser interesante trasladar estas prácticas en otros contextos educativos: Universidades, centros de formación profesional ocupacional, asociaciones, ONG, etc. También los propios medios de comunicación podrían hacer una importante aportación en ese sentido, dentro de la llamada “educación informal”.
- Tomando como ejemplo la experiencia de la ponente María José Gutiérrez (Bloque VI), potenciar el desarrollo de comunidades de aprendizaje en los centros educativos. Permitir que toda la comunidad educativa pueda plantear metas a lograr para conseguir su centro educativo “ideal”, y que puedan acceder a las aulas para cooperar en el aprendizaje y enseñanza de todos-as, no solamente del alumnado sino también de las propias familias y voluntarios que participen en él. Experiencias como los grupos interactivos, tertulias dialógicas, bibliotecas y aulas de informática tutorizadas, etc, son ejemplos reconocidos de experiencias que permiten potenciar una escuela más inclusiva y participativa. Para mejorar su desarrollo, sería interesante integrar plataformas virtuales como Moodle para potenciar el desarrollo de “comunidades virtuales de aprendizaje” que permitan que aquellas personas que no puedan asistir al centro de forma presencial puedan participar en él a través de los medios. La cuestión es fomentar la “cultura de la participación”.
- Seguir implantando el bilingüismo en las aulas desde las etapas preescolares, y poco a poco ir introduciendo vocabulario básico de otras lenguajes, especialmente de aquellas que utilicen el alumnado inmigrante que se incorpore a nuestras aulas.
- Explorar y analizar los valores y contravalores que se encuentran dentro de aquellas aficiones que tienen nuestros jóvenes, desde las propias películas y videojuegos, pasando incluso por personajes famosos: ¿Qué valores y contravalores podemos encontrar en los partidos de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona? ¿Qué conocimientos nos aporta ver “The Big Bang Theory”, y por qué Sheldon Cooper tiene esa personalidad? ¿Qué contravalores podemos encontrar representados en personajes como Belén Esteban? ¿Por qué existe Al Qaeda y qué principios tienen esas personas, y por qué cometen tantos atentados horribles?, etc. Es una manera de que aprendan actitudes y valores positivos si los conectamos con experiencias y ejemplos de la vida cotidiana, siendo más motivador para ellos.
- No considerar al alumnado como unos “muebles”, como unos “bancos de conocimiento” que deben acumular en sus mentes todos los conocimientos que les transmitamos. Concienciarnos de que ya no vivimos en aquella sociedad industrial de los años 60 donde todos-as teníamos que aprender los mismos conocimientos y ser iguales en habilidades. Permitirles opinar, hablar, que investiguen y se equivoquen, que cada uno desarrolle sus “dones”, sus potencialidades, al máximo. Fomentar la cultura de la participación y el contraste de puntos de vista entre ellos-as. Existen muchas técnicas para fomentar el diálogo y la participación: mesas redondas, juicios, dinámica del “3 en 3”, ruedas giratorias, asambleas, etc.
Son algunos ejemplos de
conclusiones en las que podríamos seguir trabajando, y podríamos seguir
reflexionando y analizando más, pero ya estaría sobrepasando los límites y
objetivos de este trabajo. Para finalizar, quiero animar al CEP de Cádiz y a la
propia Universidad de Cádiz a seguir organizando eventos de este estilo. El
hecho de que las personas que trabajan día a día en las aulas acudan a
compartir sus experiencias es la manera más enriquecedora de que todos-as,
tanto estudiantes como aspirantes o noveles e incluso profesorado que lleva 30
años ejerciendo, podamos aprender más sobre el oficio de enseñar, analizando la
práctica real y concienciándonos de que es posible conseguir una mejor escuela
de calidad, y de que todas las teorías que analizamos a lo largo de los
estudios universitarios son posibles de aplicar. Habría estado bien tener
tiempo para que todos los asistentes pudiéramos reflexionar y sacar algunas
conclusiones que nos sirvieran para mejorar nuestras prácticas educativas. Un
diálogo compartido entre estudiantes, opositores, profesorado de centros
educativos de todos los niveles, asesores del CEP y profesorado universitario
(todos ellos se encontraban allí presentes) nos habría permitido enriquecernos
más, pero lo dejo como sugerencia para una futura ocasión.