martes, 8 de diciembre de 2015

Análisis de las propuestas del Libro Blanco sobre la profesión docente y el entorno escolar, elaborado por José Antonio Marina

Como sabéis, el actual Ministro de Educación, Cultura y Deporte, D. Íñigo Méndez de Vigo, le pidió al filósofo y pedagogo, D. José Antonio Marina, la elaboración de un libro blanco sobre la profesión docente y su entorno escolar, con vistas a elaborar nuevas propuestas para reformar las actuales leyes educativas, aunque haciendo especial hincapié en la formación del profesorado, el acceso a la función docente y en la evaluación del profesorado. He decidido elaborar una entrada con reflexiones personales sobre las propuestas que ha hecho el equipo de Marina, haciendo equipo con Carmen Pellicer y Jesús Manso. Esta entrada será actualizada, como si fuera una wiki, para ir aportando nuevas ideas que se me vayan ocurriendo. Podéis acceder al Libro Blanco haciendo clic aquí.

Más bien me centraré en hacer preguntas, algunas de ellas ya formuladas en un correo electrónico habilitado para ello (libro.blanco@mecd.es):

1-Éste es el nuevo sistema de acceso a la función docente propuesto por José Antonio Marina en su libro blanco:


Se destaca que, al finalizar el Grado, los aspirantes deben superar una prueba nacional que permitirá evaluar si posee los conocimientos y competencias esenciales para la docencia, y a partir de ahí poder escoger un Centro Superior de Formación del profesorado de su elección o no, dependiendo de la posición en que quede (habrá ayudas para facilitar la movilidad del alumnado). Al parecer se tiene la intención de que solamente sean seleccionados un grupo determinado de aspirantes, ya que el sistema no puede absorber a todos los aspirantes a la docencia. Se dice, en el Libro blanco, que hay el triple de maestros/as que el sistema pueda absorber para darles trabajo. Una vez superada la prueba y escogido el Centro Superior de Formación del Profesorado, se estudia el Máster (de la especialización escogida) y se realizan dos años de prácticas remuneradas. A partir de ello, se obtiene un "Diploma de aptitud", que habilita a la persona para ejercer la docencia. Luego, puede optar por dos vías: (A) Presentarse a las oposiciones para trabajar en la escuela pública, o (B) presentar su candidatura en centros privados y concertados. Aquí surgen algunas preguntas:
  1. ¿Todas las personas que se presenten a la prueba nacional podrán terminar haciendo el Máster y las prácticas remuneradas si la superan, o será a partir de una nota cuando podrán hacerlo? ¿Habrá titulados en Magisterio que, a pesar de tener el Grado, no podrán nunca ejercer la docencia si no se alcanza una nota determinada (el "numerus clausus")? ¿No sería mejor limitar el número de plazas en las facultades de ciencias de la educación y escuelas universitarias de magisterio, y pasar una prueba de acceso previa en éstas, como proponía el PSOE?
  2. ¿El sistema puede permitirse pagar dos años de prácticas remuneradas y a la vez pagar los salarios del profesorado interino, sobre todo de aquellos que realizan sustituciones, o es que a cambio se reducirán las plazas de interinos para cubrirlas con las de los aspirantes en prácticas o "becarios"? ¿Conllevará este sistema el despido de miles de interinos?
  3. Sigo con los docentes interinos: Aquellos que actualmente se encuentren dentro de las bolsas de trabajo de la Administración pública, tengan o no tiempo de servicio, ¿tendrían que pasar por todo este proceso, o ya tendrían todo este proceso "convalidado"? ¿Pasaría lo mismo, de ser así, con todas aquellas personas que se han titulado previamente a la implantación de este sistema, y que no se encuentran en esas bolsas por estar trabajando en centros privados, o en la educación no formal, en la enseñanza universitaria o en trabajos no relacionados directamente con la educación?
  4. El Máster y la consecución del Diploma de Aptitud, ¿también deben hacerlo los graduados en Educación Infantil y Educación Primaria? Entiendo este procedimiento para aquellos graduados que aspiren a ser docentes en las etapas de Educación Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional, etc., pero, ¿y los maestros y maestras? ¿Deben entonces cursar un Máster también y superar los dos años de prácticas? Actualmente, en los grados de Maestro, tienen al menos seis meses de prácticas, además de una profunda formación didáctica. En el apartado 6 del Libro docente, se especifica que habrá un Máster de formación del profesorado para Educación Infantil y Educación Primaria. ¿Pero es que acaso la carrera no les prepara para esto ya, en los cuatro años y teniendo al menos seis meses de prácticas? ¿No sería mejor reformar los planes de estudio de las enseñanzas de Grado en Educación Infantil y en Educación Primaria? ¿Para qué está la carrera universitaria?
  5. No habéis tocado para nada el actual sistema de oposiciones. Simplemente habéis planificado más etapas en la etapa de acceso a la función pública docente, pero no se menciona si se cambiará el sistema de oposiciones, el cual muchos consideran desfasado e injusto. Deja esta competencia a las administraciones públicas, sin decir nada más. ¿No deberían de haber trabajado este tema? Es precisamente algo que muchos se quejan.
2-Evaluación del profesorado:
  1. Sugerís que el alumnado pueda evaluar al profesorado. Esto se hace en las universidades, donde al final de cada asignatura se pasan unas encuestas para valorar la asignatura y la labor docente. Pero, ¿debe influir verdaderamente en las condiciones laborales del profesorado? ¿Y si el alumnado solamente puntúa bien a aquellos docentes con los que ha aprobado "a la primera"? ¿Y si se realiza una evaluación subjetiva? ¿Y si el profesorado sube las notas para que el alumnado le valore bien? Esto ya se realiza en Estados Unidos, y es objeto de numerosas críticas.
3-Orientación laboral (actualizado 26/01/2016):

Publiqué este párrafo en un debate en Linkedin: "Veo muchas declaraciones de intenciones, pero pocas propuestas concretas. Yo creo que deberían constituirse, de forma oficial, en relación a lo que explican sobre "orientación laboral", un sistema de relaciones entre orientadores educativos y orientadores laborales, como los que se encuentran en las asociaciones pertenecientes a la Administración educativa. Al menos una vez cada dos semanas o al mes debería convocarse una reunión entre orientadores educativos y al menos un orientador laboral para informarles del estado del mercado laboral, de las demandas que exige en cuanto a formación y desarrollo de competencias, estrategias de búsqueda de empleo (actualización), procesos de selección (me refiero a que orienten con nuevas ideas para que el alumnado aprenda a superar una entrevista de trabajo), etc., y luego los orientadores incluirán estas referencias en los POAT para trabajarlo en las aulas a partir de materiales diversos como los que suelen ya elaborar, y orientar al profesorado para que sepan cómo poder desarrollar estas competencias desde sus asignaturas. Bueno, es solo una idea, creo que no requeriría una gran inversión, si acaso mejorar las relaciones entre las consejerías de educación y de empleo en ese sentido, y regular estos vínculos."

Como he dicho, seguiré actualizando esta entrada poco a poco, a medida que me surjan más ideas. Os animo a seguir debatiendo y planteando nuevas cuestiones.



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