martes, 21 de julio de 2015

Reflexiones de un psicopedagogo emprendedor

Hace varios meses que comencé mi andadura en el mundo del emprendimiento. Decidí montar mi propia consulta en el despacho de mi domicilio, con el objetivo de poder dedicarme a lo que me gusta: El Gabinete Psicopedagógico Kaposkly. En su momento publiqué una memoria de actividades del curso 2014-2015, donde describía el proceso llevado a cabo y las principales actividades realizadas entre noviembre de 2014 y julio de 2015. Aún sigo activo, ya que los autónomos debemos trabajar siempre y a veces no tener vacaciones. Este es el documento:




Sin embargo, es bueno reflexionar sobre los errores cometidos o sobre aquellos aspectos de los que vas dándote cuenta a medida que avanzas en tus proyectos. Poco a poco vas conociendo la realidad del sistema, lo cual te permite reflexionar para programar modificaciones en tus proyectos con vistas a obtener mejores resultados y rentabilizar tus ideas. Nadie nace aprendido, y no todos los asesores son especialistas en cada sector ni lo saben todo, o no encuentras al asesor ideal para ti (o te cuesta un ojo de la cara, que esa es otra). Como siempre he dicho, aunque de forma vulgar a la vez que humorística, mi gran objetivo en la educación es evitar que las personas sean tan capullas como yo. Viene en mi blog en el apartado de citas, en la barra derecha, desde hace tiempo, no me estoy inventando nada. Allá van las reflexiones:
  1. No es muy atractivo para unas familias llevar a sus hijos a un desconocido a que trabajen en el despacho de un piso, estando el psicopedagogo (en este caso) y su hijo o hija solos. Además, hay familias que no pueden llevar a sus hijos a estos sitios por no poder acercarles por falta de tiempo, y no dejar que vayan solos por miedo a que les pase algo. De ahí a que prefieran recurrir a servicios de atención a domicilio, en este tipo de temas. Distinto es cuando son clases particulares sobre materias de los currículos escolares o enseñanzas de idiomas, donde acuden a una academia con aulas y profesores, donde hay más gente y un ambiente más “socializador”. El hecho de tener que ofrecer atención domiciliaria (como se puede comprobar en la web de mi consulta) condiciona la disponibilidad de mis servicios, porque en una tarde como mucho podría atender a tres en el mejor de los casos. Por las mañanas puedo entrevistar a las familias o incluso con suerte atender a un adulto, pero ya es más difícil. No es lo mismo cuando eres psicólogo y ofreces una variedad de servicios, ya que, si atiendes a adultos, aunque sea en un despacho que tengas bien acondicionado para ejercer tu profesión, el adulto le da igual acudir a un despacho que a un local si confía en el profesional. Si siente algo raro, se larga o lo denuncia a la policía, así de claro. Y otra cosa: El hecho de acudir a domicilio arriesgas a que alguien venga directamente a tu consulta sin pedir cita previa por teléfono, y si ve que no estás, puede acabar pasando de ti y buscar a otro. Más si ha venido de un poco lejos. Salvo que haya alguien que pueda estar en casa, es arriesgado si estás todo el tiempo solo en la consulta.
  2. El hecho de tener que competir con personas que ofrecen servicios a domicilio no es muy agradable, porque los precios suelen ser más bajos, aunque sean de temas de psicopedagogía. Las familias lo interpretan igualmente como “clases particulares”, e incluso quieren que además de atender su diagnóstico, le des clases de apoyo de las materias del currículo. Entonces, debes adaptar tus tarifas porque ahora debes competir con las personas que ofrecen estos servicios para sacarse un dinero para sus gastos personales, sin la intención de darse de alta como autónomos. Prueba de ello es que he tenido que reducir las tarifas para poder conseguir clientes, porque cierto es que hay familias que tampoco pueden permitirse pagar demasiado por estos servicios. Depende del contexto sociocultural y económico donde te encuentres, no es lo mismo ejercer en Cádiz, donde el número de personas desempleadas es muy elevado, que en Madrid, donde el nivel socioeconómico es superior, dependiendo del distrito en donde te encuentres, claro está.
  3. Habitualmente, las familias directamente van en busca de psicólogos, no psicopedagogos, y mucho menos pedagogos. Los psicólogos llevan más tiempo asentados porque es una especialidad con más tradición por su antigüedad, y además en Andalucía cuentan con el Colegio Oficial de Psicólogos y Psicólogas, que se ocupan de defender la profesión y aumentar sus competencias, en detrimento de los psicopedagogos. Hay movimiento para crear un colegio oficial de pedagogos y pedagogas en Andalucía, pero la evolución es lenta porque de hecho el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Ciencias y Filosofía y Letras prefieren que sigan vinculados a ellos dentro del área de “Docencia”, al ser todos profesionales de la educación (no estoy mencionando a ningún colegio en concreto, cuidado). Volviendo al asunto (perdón, que me pierdo), muchas veces van a los buscadores y directamente buscan a un psicólogo en su ciudad, a raíz del número de búsquedas realizadas a través de palabras clave como “Psicólogo en Cádiz” y derivados. Ellos ofrecen servicios psicopedagógicos también, así que suponen una dura competencia. Y si quisieras competir con ellos pagando por el posicionamiento en los buscadores (que aparezcas el primero en la primera página de los buscadores, o de los primeros), si van a acceder a tu web cuando busquen solamente un servicio concreto de psicología (por ejemplo, terapia de pareja, ayuda para la depresión, etc.) y pagas por cada “clic” para nada, al final no te sale rentable. Y también porque si ofreces servicios muy concretos, cuesta mucho conseguir suficientes clientes para que te salga rentable pagar el marketing, junto con todos los demás gastos que debes afrontar, como el pago de las cuotas de la Seguridad Social, por citar un ejemplo. Y además debemos recordar lo que he explicado antes sobre el servicio de atención a domicilio.
  4. Hay muchas plataformas (cada vez más, un poco caótico, la verdad) donde hay personas que realizan consultas sobre problemas personales. Le puedes responder de una manera que se sienta atraído por ti y contacte contigo para contratar tus servicios, pero si da la casualidad de que esa persona vive lejos de ti o simplemente acudió a la plataforma porque no puede permitirse pagar a un profesional, lo tienes crudo, aunque le ofrezcas videoconferencia o consulta online desde tu perfil (muchos ni piensan en consultarlo). Encima a veces no sirve ni para ganar posicionamiento en los buscadores de Internet porque está todo ingeniado para que eso no pase, aunque eso sí, te sirve de práctica diaria y para aprender porque aplicas a diario lo que vas estudiando.
Por lo tanto, ¿qué conclusiones podemos obtener? Esto es para invitarles a la reflexión a todos aquellos que decidan emprender sus propios proyectos en un futuro, relacionados con la psicopedagogía:

  1. Es mejor que, si sois psicopedagogos, os busquéis un equipo de trabajo multidisciplinar. Por ejemplo, un psicólogo, un logopeda, un fisioterapeuta, un especialista en pedagogía terapéutica, etc. Así podréis ofrecer una amplia variedad de servicios, y a más servicios, más posibilidades de captar clientes. Podéis buscaros un local y acondicionarlo, donde podáis atender a personas adultas e incluso que alguien de vosotros se ocupe de atender a domicilio a aquellos que no puedan acudir, y así haya más posibilidades de conseguir clientes. Además, que el psicopedagogo es orientador, pero tampoco es tan especialista en la práctica porque no ha profundizado tanto (¡anda que no he tenido yo que formarme y leer muchos libros para poder buscar y preparar los materiales de mis programaciones!). Es bueno contar con un equipo multidisciplinar que te asesore cuando tengas dudas referente a esto, o simplemente que te sirva de apoyo en los momentos más duros. También así entre todos os repartís las funciones de gestión y administración de la empresa.
  2. Al ser un equipo multidisciplinar, compartís gastos, según el porcentaje que cada uno tenga de la cooperativa que montéis. Podéis permitiros ya, en estas condiciones, invertir más en marketing, desde los medios más tradicionales, como anuncios en los medios de transporte o incluso en la televisión, hasta invertir más en pagar por estar mejor posicionado en los buscadores de Internet y en las principales plataformas de especialistas, tipo “Mundopsicólogos” o “Doctoralia” (aunque eso sí, escoged solamente las que sean más importantes y estén mejor posicionadas en Google). Como la variedad de servicios es amplia, es más fácil conseguir a interesados que directamente busquen a un profesional en concreto que busquen un servicio concreto, porque hay que meterse en la piel de los clientes y entender cómo ellos buscan a los profesionales, aunque luego existan diferentes especialidades, pero ya son cosas más específicas, sobre todo si nos referimos al área de la psicología y la psicopedagogía en lo que se refiere a la atención individualizada.
  3. Si todavía no podéis permitiros invertir una cantidad de dinero considerable, pues empezar trabajando a domicilio mientras lo compagináis con otro trabajo o con estudios de cara a aumentar tus servicios en el futuro, y así poco a poco vas perfilando tus servicios y lo que vas a ofrecer. También podéis intentar trabajar a distancia como asesor colaborando con consultorías, si puedes conseguirlo, que es lo que estoy intentando yo en el extranjero, pero no es sencillo. También puedes intentar ofrecer servicios de actividades para los fines de semana en centros culturales, pero igualmente, solamente obtienes unos pocos ingresos y como hay mucha competencia, puedes conseguir solamente proyectos puntuales. Una cosa importante: Si ofreces servicios a domicilio, no poner una dirección como sede, porque algunos en vez de llamar por teléfono, directamente acuden a tu casa para verte, y si no estás porque has salido precisamente para atender a alguien, puede enfadarse y pasar de ti.
Y no os preocupéis por todo esto, que las cosas si se hacen, se hacen bien desde el principio, y no os impacientéis. Mejor planificar proyectos a largo plazo cuyos resultados luego sean duraderos, y no “pan para hoy y hambre para mañana”, o fracasen estrepitosamente desde el principio. Por mi parte, seguiré trabajando en mi consulta y en mis proyectos, así de claro.