lunes, 1 de octubre de 2018

Orientaciones para la comunicación entre padres e hijos adolescentes II: La adolescencia


Para los hijos/as adolescentes:

1-Practicar al menos dos veces al día técnicas de respiración y de relajación. Se sugiere la relajación progresiva de Jacobson, acompañado con música relajante.

2-Es importante aprender a hacer un esfuerzo por escuchar. Es posible que tus padres no entiendan cómo te sientes, y les cueste ponerse en tu lugar. Pero al menos escucha su versión, su punto de vista o sus sugerencias, y una vez que terminen, comienzas a explicarte: "Te agradezco tus sugerencias, pero no estoy de acuerdo contigo, porque (...)". De esta manera, te escucharán de forma más atenta y puedes hacerte entender mejor que si reaccionas gritando y faltando el respeto: "¡Pero mira que sois pesados! ¡Qué no, hombre, qué me niego!".

3-Aunque no compartas su punto de vista, intenta comprender la postura de tus padres. Hay padres que tiene miedo a que sus hijos tomen decisiones inadecuadas desde su punto de vista, o a que se equivoquen y luego sufran consecuencias negativas. Es por ello que muchos se vuelven muy insistentes con sus hijos, e incluso llegan a imponerles normas o castigos para cumplir su objetivo de que no hagas lo que te apetezca hacer. En todo momento, intenta explicar tu postura y, tras escucharles, intenta valorar las justificaciones que te dan y se las comentas: "Sé que lo hacéis porque tenéis miedo, pero quiero que entendáis el motivo por el que lo hago (...)".

4-Anima a tus padres a revisar las normas y negociarlas y, si no las hubiera, acordar una serie de normas para todos los miembros de la familia. A la hora de negociar, hay que intentar buscar soluciones que puedan satisfacer a todas las partes. Eso conlleva a que tengamos que ceder un poco en nuestros intereses, pero siempre en su justa medida, sin excesos. También se deben negociar las consecuencias de no cumplir las normas, y esto vale para cada una de las partes. Se deben asumir dichas consecuencias sin rechistar una vez aprobadas por todas las partes.

5-Comprometerse a pasar un tiempo a la semana con la familia para hacer actividades juntos. Podéis negociar las actividades a realizar, o si acaso que cada semana un miembro tenga la libertad de escoger la actividad a realizar. Se sugiere realizar actividades que sean relajantes, como el deporte.

6-Aceptar asumir algunas responsabilidades en casa si no las tuviera. Participar en tareas domésticas, recados y otras responsabilidades, dejándose enseñar por los demás.