lunes, 3 de septiembre de 2012

Jornadas "Buenas prácticas docentes y el oficio de enseñar" (II)

Continuamos con la entrada que comenzamos el mes pasado, para evitar que se hiciese tan larga. Decir que pertenecen a unas jornadas que se realizaron en la Universidad de Cádiz sobre buenas prácticas docentes. Aquí se analizan brevemente 4 de ellas (2 en cada entrada). Pertenece a un informe que tuve que realizar para optar al diploma de asistencia y aprovechamiento. Principalmente quise ir a aprender y disfrutar de la experiencia, pero la burocracia es la burocracia y debo superar trámites para que me certifiquen las actividades a las que asisto y/o participo:

1.       Diversidad metodológica en el Aula de Infantil”. Mª Isabel García Piñero

La ponente nos muestra cómo poder enseñar contenidos específicos dentro de la etapa de Educación Infantil. En esta etapa habitualmente se ha trabajado mucho a base de fichas, pero la profesora insiste en que no es recomendable abusar de esta metodología. Los niños-as pueden aburrirse y no motivarse. Es positivo que aprendan a la vez que se divierten, o ejecuten una acción, o que encuentren una motivación para aprenderse un contenido. Por ejemplo, la profesora enseña los meses del año con la motivación de que cada alumno-a se aprenda las fechas de los cumpleaños de todos sus compañeros-as. La profesora expuso algunos ejemplos similares con otras habilidades, como ordenar, contar y aprenderse la hora, pero sobre todo destaco la metodología por proyectos. Apoyo la reflexión de la profesora de aplicar los principios del constructivismo dentro de las metodologías de enseñanza-aprendizaje que apliquemos dentro de las aulas. No podemos intentar imponer un concepto o intentar que se lo aprendan y crean que ese concepto tiene ese significado, esa utilidad y esa forma de funciona porque sí. Ese conocimiento se les olvidaría enseguida si no consiguen entenderlo o conectarlo con lo que ya saben y sus experiencias. Y además, son niños-as muy pequeños, es importante que aprendan a explorar su entorno. Deben aprender a hacerse preguntas, a cuestionar todo lo que ven a su alrededor, preguntarse para qué sirve cada elemento que se encuentran y cómo se hacen algunas tareas sencillas. Para ello, debemos explorar sus concepciones y habilidades iniciales, y diseñar un proyecto que les permita entrar en acción, es decir, realizar una tarea que les resulte motivadora y a medida que van desarrollándola, siempre contando con el apoyo del profesorado y otras personas, van aprendiendo nuevos conocimientos y habilidades.

Un ejemplo que presentó la profesora, dentro de la metodología de proyectos, es la de crear un mercadillo. Los niños quieren vender objetos o materiales que han hecho, o incluso algo que han encontrado y que les llama la atención (ej: conchas de la playa), y van aprendiendo a contar y realizar operaciones sencillas de sumar y restar cuando compran, reciben y devuelven dinero (imaginario). Dentro de un proyecto así, podemos introducir todas las áreas. Podemos desarrollar la comunicación a medida que vayamos estableciendo relaciones entre vendedor y clientes, aprendiendo expresiones formales de educación o de cómo solicitar las cosas, además de nuevo vocabulario (por ejemplo, materiales que han encontrado y que desean vender, nombres de diferentes tipos de vendedores según el producto que vendan: panadero, pastelero, quiosquero, etc). Podemos reforzar la concepción de número y las operaciones básicas de sumar y restar a medida que realicemos operaciones de compra-venta en el mercadillo. Podemos desarrollar habilidades artísticas iniciales cuando fabriquemos algunos materiales que deseemos vender, desde figuritas de plastilina hasta dibujos. Y con este tópico de ejemplo, podemos hacer otros, desde trabajar la obra de un artista (Pablo Picasso) hasta profundizar sobre el flamenco. Podemos introducir diversas tareas donde tengan que llevar a cabo numerosas habilidades y utilizar diferentes recursos. Es positivo que, dentro de estos proyectos, planteemos tareas donde el trabajo cooperativo sea un elemento clave (por ejemplo, representar entre todos una obra de Picasso, representando unos las líneas del dibujo con cubitos y el resto rellenándola con bolitas de papel charol, plastilina, arena, etc), donde la comunicación entre todos los compañeros-as para que se coordinen sea fundamental, ya que es una habilidad transversal que les servirá tanto para la vida cotidiana como para seguir avanzando en futuros niveles académicos. Y siempre que se realiza una tarea, luego se debe limpiar lo que se ha ensuciado y ordenar la clase, fomentando de nuevo el trabajo cooperativo y valores positivos relacionados con la seguridad y la higiene. Esto se reflejaba en las propuestas de la profesorado, y los análisis que he realizado concluyen en que se puede aprender de una manera más divertida, que incite a que el alumnado esté activo y pueda interesarse por los contenidos para poder realizar las tareas de manera adecuada (por ejemplo, a la hora de vender un producto).
Como propuesta, me gustaría ver cómo la profesora podría incorporar las TIC en su aula de Educación Infantil, y dentro de la metodología de proyectos. ¿Cómo pueden realizar algunas tareas utilizando las TIC? Aunque sean pequeños, existen programas educativos dirigidos a alumnos-as de estas edades, y con el debido apoyo y asesoramiento, pueden aprender competencias digitales iniciales (encender y apagar el ordenador, abrir una carpeta, jugar con el buscaminas, ver un vídeo, escribir en el bloc de notas, etc). Podrían buscar vídeos e imágenes donde se refleje el tópico que estén trabajando, siempre adaptados a sus niveles de desarrollo cognitivo, edad y concepciones. Por ejemplo, si estamos trabajando el tópico del mercadillo, podemos mostrar imágenes de mercadillos, de personas preparando el mercadillo y elaborando materiales (por ejemplo, bolsitos y monederos con recortes de historietas de Mortadelo y Filemón), e incluso vídeos que podemos encontrar en Youtube, Vimeo, Dailymotion y otras plataformas. E incluso puede haber algún software o juego educativo relacionado con los mercadillos donde pueda trabajarse algún área específica, o simplemente utilizarlo como premio o motivación por el esfuerzo.
2.       “Integrat-e: Una propuesta exclusivamente inclusiva”. María del Mar Gallardo.
Confieso que ya conocía esta propuesta, puesto que fue presentada también en el IX Congreso Internacional de “Universidades y Educación Especial” desarrollado en la Universidad de Cádiz a finales de marzo. La profesora quiere demostrarnos las ventajas de aplicar los principios de la educación inclusiva en las aulas. Se trata de que todo el alumnado, independientemente de sus características y necesidades, tenga derecho a ser educado en igualdad de oportunidades y dentro de su misma escuela y aula junto al resto de sus compañeros-as, aprovechando todas las ventajas del aprendizaje cooperativo y de forma que se creen valores positivos entre las personas con respecto a la valoración de las potencialidades y posibilidades de estas personas dentro de la sociedad. Es decir, se trata de evitar que las personas subestimen las capacidades de aquellas personas que presentan alguna discapacidad, trastorno del desarrollo, dificultad de aprendizaje, etc, con respecto hacia dónde puedan llegar en la vida. Además, ellos deben poder darse cuenta de que esas personas pueden aportarnos nuevos conocimientos, echando para atrás cualquier estereotipo y prejuicio que llevaba a que discriminásemos a estas personas. Es lo que ha intentado fomentar la profesora con su experiencia. Todas las personas, independientemente de nuestra caracterización, tenemos potencialidades y dificultades. Se basa en las teorías de la inteligencia de Gargner, donde las personas tenemos 7 tipos de inteligencia. Hay personas que puedan ser muy habilidosas a la hora de comunicarse y escribir un texto (por ejemplo, Arturo Pérez Reverte), y otras en cambio pueden ser brillantes jugando al baloncesto (por ejemplo, Michael Jordan). Ambas personas son personas muy inteligentes, pero una destaca sobre el otro en un ámbito determinado. Cada uno de ellos tiene mucho que aportar a cualquier persona, y enseñar sus habilidades, sea saber escribir un texto o saber jugar al baloncesto.
En este caso, dentro del área de Educación Física, desarrolla un proyecto que consiste en que el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) deba enseñar una coreografía a sus compañeros-as del colegio. La profesora monitoriza y enseña a sus alumnos-as, y luego ellos-as deben enseñarles la coreografía a sus compañeros-as, dirigiendo todos los ensayos con ayuda de la profesora de Pedagogía Terapéutica del centro. Sus compañeros-as se quedan muy sorprendidos al comprobar que quien menos se esperaban están enseñándoles algo que ellos no sabían. El alumnado con NEAE les está aportando algo. Y durante una experiencia como ésta, se potencia el trabajo cooperativo, se refuerzan las relaciones interpersonales y positivas entre todo el alumnado y se van eliminando los estereotipos y prejuicios negativos que ellos-as tenían sobre estos compañeros-as con NEAE. Es una experiencia que puede trasladarse a otros contextos y enseñar otras áreas, por ejemplo, informática. Puede enseñarles a navegar por Internet o a utilizar un programa por el que antes ya han sido asesorados por el profesorado. Además, del éxito de este proyecto, han surgido otros proyectos como el “Coeduca-t”, relacionado con la consecución de la igualdad de género y el desarrollo de valores positivos para el respeto y el fomento de relaciones positivas entre hombres y mujeres, rechazando cualquier tipo de discriminación y la violencia de género.
Como propuesta para enriquecer esta actividad, sería interesante analizar cómo otras personas con NEAE han podido llegar lejos gracias a su esfuerzo y al apoyo mostrado por los demás. El espíritu que han mostrado estas personas puede serles útil para ayudarles a superar cualquier dificultad que se encuentren en su vida, y que sepan a quiénes pueden consultar para pedirles ayuda. Por ejemplo, podemos analizar los casos reales de Pablo Pineda, persona con Síndrome de Down que consiguió estudiar Magisterio y Psicopedagogía (aunque sin ser consciente de su “etiqueta”), o incluso películas como “El circo de las mariposas” o “Yo soy Sam”, donde sus dificultades no le impidieron progresar, alcanzar metas o simplemente poder amar y ser amados y tener derecho a amar y cuidar a alguien. Existen muchos recursos, tanto en libros, como incluso en cómics o novelas gráficas, y si no el propio profesorado puede elaborarlos. Se trata de reflexionar entre todos la situación actual por la que viven estas personas y el derecho a la vida, a la educación y al trabajo que tienen todos ellos-as.

CONCLUSIONES
Las experiencias que hemos analizado aquí de forma breve nos llevan a la conclusión de que podemos mejorar nuestras prácticas docentes si innovamos e intentamos cambiar algo de nuestras prácticas habituales. El objetivo es siempre el mismo cuando aplicamos cualquier metodología: mejorar y lograr mejores resultados en lo que se refiere al aprendizaje significativo y al desarrollo de competencias básicas en nuestro alumnado. Innovar significa cambiar para intentar progresar, partiendo de aquellas necesidades que diagnostiquemos en el aula. Estas experiencias son tan solo un ejemplo más de lo que se está intentando hacer en las aulas para superar el fracaso escolar, aumentar la motivación del alumnado por sus estudios y por desarrollar una serie de competencias básicas que les permita al alumnado desenvolverse de forma satisfactoria en la sociedad. Como dijo uno de los ponentes, el motivo por el que algunos estudiantes abandonan el instituto cuando terminan 4º de ESO es porque están hartos del profesorado y de estar aburridos en clase, y pueden ser personas habilidosas que podrían tener un futuro mejor si consiguiéramos motivarles y animarles a estudiar, sea Formación Profesional, sea una carrera universitaria, u otras enseñanzas (recordemos que no se es menos persona por estudiar un FP, ya que su labor es muy importante para satisfacer necesidades básicas y un estudiante de FP puede convertirse en emprendedor y crear puestos de trabajo).
A raíz de lo que hemos trabajado durante todos los bloques de las Jornadas y de lo que he podido experimentar dentro de las aulas y otros contextos educativos, podríamos establecer algunas futuras líneas de investigación-intervención:
  1. Introducir el espíritu investigador de las áreas de “Proyecto integrado” que se están llevando a cabo en los currículos de 4º de ESO y Bachillerato a las etapas de Educación Primaria y el resto de cursos de ESO, creando propuestas que permitan globalizar todas las áreas alrededor de un tópico.
  2. Explorar cómo podemos integrar las TIC de forma significativa, sin que estos recursos sean un sustituto del profesorado y de los libros de texto, a la vez que podamos darle un uso que permita conseguir que el aprendizaje de las diferentes materias sea más significativo además de permitirles desarrollar competencias digitales. Como propuestas, podríamos incluir plantear casos prácticos y simulaciones de experiencias reales dentro de las aulas y profundizar más en trabajar la educación mediática en las aulas para que hagan un mejor uso de los medios y aprendan a analizar e interpretar la información que reciban de ellos y a crear a través de ellos.
  3. Aunque las propuestas didácticas de coeducación puedan ser muy significativas para prevenir más casos de violencia de género y de discriminación entre sexos, podría ser interesante trasladar estas prácticas en otros contextos educativos: Universidades, centros de formación profesional ocupacional, asociaciones, ONG, etc. También los propios medios de comunicación podrían hacer una importante aportación en ese sentido, dentro de la llamada “educación informal”.
  4. Tomando como ejemplo la experiencia de la ponente María José Gutiérrez (Bloque VI), potenciar el desarrollo de comunidades de aprendizaje en los centros educativos. Permitir que toda la comunidad educativa pueda plantear metas a lograr para conseguir su centro educativo “ideal”, y que puedan acceder a las aulas para cooperar en el aprendizaje y enseñanza de todos-as, no solamente del alumnado sino también de las propias familias y voluntarios que participen en él. Experiencias como los grupos interactivos, tertulias dialógicas, bibliotecas y aulas de informática tutorizadas, etc, son ejemplos reconocidos de experiencias que permiten potenciar una escuela más inclusiva y participativa. Para mejorar su desarrollo, sería interesante integrar plataformas virtuales como Moodle para potenciar el desarrollo de “comunidades virtuales de aprendizaje” que permitan que aquellas personas que no puedan asistir al centro de forma presencial puedan participar en él a través de los medios. La cuestión es fomentar la “cultura de la participación”.
  5. Seguir implantando el bilingüismo en las aulas desde las etapas preescolares, y poco a poco ir introduciendo vocabulario básico de otras lenguajes, especialmente de aquellas que utilicen el alumnado inmigrante que se incorpore a nuestras aulas.
  6. Explorar y analizar los valores y contravalores que se encuentran dentro de aquellas aficiones que tienen nuestros jóvenes, desde las propias películas y videojuegos, pasando incluso por personajes famosos: ¿Qué valores y contravalores podemos encontrar en los partidos de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona? ¿Qué conocimientos nos aporta ver “The Big Bang Theory”, y por qué Sheldon Cooper tiene esa personalidad? ¿Qué contravalores podemos encontrar representados en personajes como Belén Esteban? ¿Por qué existe Al Qaeda y qué principios tienen esas personas, y por qué cometen tantos atentados horribles?, etc. Es una manera de que aprendan actitudes y valores positivos si los conectamos con experiencias y ejemplos de la vida cotidiana, siendo más motivador para ellos.
  7. No considerar al alumnado como unos “muebles”, como unos “bancos de conocimiento” que deben acumular en sus mentes todos los conocimientos que les transmitamos. Concienciarnos de que ya no vivimos en aquella sociedad industrial de los años 60 donde todos-as teníamos que aprender los mismos conocimientos y ser iguales en habilidades. Permitirles opinar, hablar, que investiguen y se equivoquen, que cada uno desarrolle sus “dones”, sus potencialidades, al máximo. Fomentar la cultura de la participación y el contraste de puntos de vista entre ellos-as. Existen muchas técnicas para fomentar el diálogo y la participación: mesas redondas, juicios, dinámica del “3 en 3”, ruedas giratorias, asambleas, etc.
Son algunos ejemplos de conclusiones en las que podríamos seguir trabajando, y podríamos seguir reflexionando y analizando más, pero ya estaría sobrepasando los límites y objetivos de este trabajo. Para finalizar, quiero animar al CEP de Cádiz y a la propia Universidad de Cádiz a seguir organizando eventos de este estilo. El hecho de que las personas que trabajan día a día en las aulas acudan a compartir sus experiencias es la manera más enriquecedora de que todos-as, tanto estudiantes como aspirantes o noveles e incluso profesorado que lleva 30 años ejerciendo, podamos aprender más sobre el oficio de enseñar, analizando la práctica real y concienciándonos de que es posible conseguir una mejor escuela de calidad, y de que todas las teorías que analizamos a lo largo de los estudios universitarios son posibles de aplicar. Habría estado bien tener tiempo para que todos los asistentes pudiéramos reflexionar y sacar algunas conclusiones que nos sirvieran para mejorar nuestras prácticas educativas. Un diálogo compartido entre estudiantes, opositores, profesorado de centros educativos de todos los niveles, asesores del CEP y profesorado universitario (todos ellos se encontraban allí presentes) nos habría permitido enriquecernos más, pero lo dejo como sugerencia para una futura ocasión.

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