1-Marco teórico
Aquellas personas que se encuentran en riesgo de exclusión social son aquellas que no pueden acceder a la consecución de los recursos necesarios para lograr un estado de bienestar, y de ahí a que, al no poder conseguir un trabajo por diversas razones, no consiguen obtener los ingresos económicos necesarios que le permiten acceder a esos recursos, e incluso se encuentran viviendo en zonas con pobreza sociocultural o presentan características que pueden dificultarle la consecución de un trabajo (discapacidad, personas con antecedentes penales, inmigrantes ilegales, diferente etnia, etc) (Jiménez Simón, 2004). Estas personas se encuentran excluidos “sociolaboralmente”. Podríamos hablar de cada uno de ellos, pero aquí nos centraremos primeros en la población inmigrante y luego reflexionaremos a nivel general para todos.
En relación con la población inmigrante, en el vídeo La estrategia de Simbad (Estévez, Mateos, Cereijo, et al., 2006) pudimos comprobar que se producían grandes e importantes movimientos migratorios para buscar un mínimo grado de bienestar. Dicho “estado de bienestar” consiste en que todos tenemos cubiertas nuestras necesidades básicas (alimentación, sanidad, vestimenta, vivienda, educación, empleo, etc). Debido al movimiento de la globalización, la distribución de recursos se realiza de forma desigual. Los países más ricos y desarrollados acumulan el 80% de estos recursos, para así poder hacerse aún más ricos según sus intereses. El resto de poblaciones más subdesarrolladas no reciben los suficientes recursos como para conseguir su bienestar, por lo que, de forma desesperada, deciden emigrar a otros países para buscar mejores condiciones de vida o al menos los suficientes recursos como para enviárselos a sus familiares.
Actualmente en España se está produciendo una llegada masiva de nuevos inmigrantes. Hace algunos años, el PSOE aprobó una ley de regularización de inmigrantes, que como consecuencia tuvo el aumento de la cotizaciones de la seguridad social, pero a partir de ahí se produjeron muchos asaltos de personas procedentes de otros países a las vallas que bordean la frontera. A esta situación se la relacionó con el “efecto llamada”, que consiste en la llegada masiva de nuevos inmigrantes ilegales al país dadas las posibilidades de legalización ofrecidas por el proceso regulador de nuestro país. No debemos tampoco esconder una de las realidades del movimiento migratorio, en la cual cada vez llegan más pateras con personas que deciden mejorar su situación. Deciden sortear todos los peligros posibles, desde el mal temporal y los peligros propios del mar (“luchar contra los elementos”, hasta que terminan naufragando), hasta burlar a los militares que protegen la frontera de los países ricos (Akkari y Ferrer, 2000; Jiménez Gámez, 2004).
Estas personas inmigrantes aceptan trabajar en unas condiciones laborales inadecuadas con tal de obtener un mínimo de ingresos. Los empresarios, al tener que pagarles menos dinero que a un trabajador autóctono, se enriquecen aún más a cambio de obtener el mismo nivel de producción, y los trabajadores autóctonos se quedan en el paro, convirtiéndose en personas en riesgo de ser excluidos socialmente al no poder obtener los suficientes ingresos como para satisfacer todas sus necesidades básicas. A pesar de ser una situación bastante injusta, el Estado no puede hacer nada debido a que son empresas privatizadas que éstos no pueden controlar, siguiendo las teorías del neoliberalismo (Jiménez Gámez, 2004).
En la sociedad cada vez más personas encuentran como algo negativo la inmigración en el país, sobre todo a raíz de la actual crisis económica. Piensan que los inmigrantes son “intrusos” que han venido a quitarles los puestos de trabajo que deberían ir destinados, supuestamente, a las personas autóctonas. Nadie parece recordar que nosotros los españoles también emigramos a otros países debido a la pobreza que encontrábamos en nuestros países, a causa de la Guerra Civil o simplemente que no aceptábamos vivir en las condiciones que se encontraba el país con la dictadura del general Franco, además de negarse a vivir en una sociedad cuya situación contradecía todos sus ideales (Arriba y Pérez, 2005).
Los medios de comunicación han tenido un papel muy importante a la hora de influir en la opinión pública. En los telediarios y otros programas informativos suelen mostrar una sucesión de imágenes en las cuales representan a los países de otras culturas como personas que les gusta mendigar y que son la causa de que la delincuencia y el fracaso escolar hayan aumentado (Prats y Elisabet, 2007). Ofrecen imágenes que ayudan a favorecer la creencia en estereotipos y prejuicios negativos, con imágenes de aquellas personas que tienden al “fundamentalismo” y presentan “identidades asesinas”, en las cuales atentan contra todos aquellos que no siguen sus creencias (Jiménez Gámez, 2004). Los ciudadanos “etiquetan” a las personas de estas culturas, generalizando que todos presentan un comportamiento específico que en la realidad solamente es mantenido por un grupo selecto de personas. Se piensan que todos los inmigrantes que proceden de los países africanos y árabes son terroristas, delincuentes, sucios y conflictivos. También les acusan de que, debido a su mendicidad, acumulan desperdicios y afectan al medio ambiente, además de las críticas emitidas por la sociedad porque dicen que los inmigrantes reciben más subvenciones que los autóctonos cuando todos tenemos los mismos derechos. Es lo que tiene presentar solamente las imágenes relacionadas con conflictos, miseria, terrorismo, guerras, ...y no mostrar todo lo que sufren estas personas para vivir y cómo son explotados, además de todas las riquezas que aportan su cultura.
Gracias a que se han fomentado esas creencias negativas en la sociedad e incluso un fuerte racismo, los empresarios pueden seguir explotando a los inmigrantes y enriqueciéndose más, al nadie darse cuenta de lo que sucede realmente ni preocuparse por la inclusión de estas personas y que se cumplan sus derechos humanos. Las personas inmigrantes, debido a falta de apoyos y despreocupación por parte de la sociedad, terminan siendo excluidos socialmente. ¿Por qué nadie recuerda que los españoles también emigramos para buscar una vida mejor? ¿Es que les hubiera gustado que les hubiesen tratado de la misma forma en que son tratados aquí las personas inmigrantes, sobre todo aquellos que proceden de países subdesarrollados?. Aún así, podemos encontrarnos situaciones que posibilitan que la sociedad se percate de las verdaderas intenciones de los empresarios. Se trata de aquellas consecuencias debidas al proceso de “deslocalización”. Empresarios que tienen a trabajadores autóctonos poco cualificados deciden trasladar sus fábricas a países subdesarrollados en los cuales la mano de obra resulta más barata y se encuentra con el mismo nivel de cualificación que los trabajadores autóctonos (es decir, prácticamente descualificadas, solamente saben realizar una tarea específica, es decir, “poner el mismo tornillo siempre en cada producto”), para así obtener mayores beneficios. Al ser empresas privadas, el Estado no puede intervenir sobre ellas, por lo que muchas personas terminan quedándose en el paro. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, con la empresa “Delphi”, cuyos trabajadores aún siguen manifestándose para que encuentren una solución a su actual situación, siendo muchos de ellos personas descualificadas con escasa formación y sin saber hacer otra cosa que lo que hacían en su antigua empresa. Para los países pobres, este control que ejercen las multinacionales sobre ellos a través de estas estrategias laborales les lleva a que su capacidad de desarrollo sea muy limitada.
Todo esto es también consecuencia, además del neoliberalismo, de los movimientos capitalistas que predominan en los empresarios, donde la finalidad es adquirir capital durante el proceso de producción, acumulando el máximo capital posible, y a cuanto menor sea el salario ofrecido a los trabajadores, mucho mejor. Desde mi punto de vista, el capital que gana la empresa no debería de pertenecer al dueño, sino a la empresa en sí. Los dueños deben tener un sueldo estándar, y el resto del capital debe ser ahorrado para así prevenir posibles desastres, por ejemplo que venga una crisis económica como la que tenemos ahora que pueda llevar a que nuestra empresa quiebre. Si hay beneficios excesivos, además de ahorrar una cantidad estándar, debe ser repartido entre los trabajadores. Si ha habido beneficios “extra”, es gracias al esfuerzo llevado a cabo por los trabajadores, así que si obtienen un “reforzamiento positivo”, su motivación aumentará y se esforzarán en seguir rindiendo adecuadamente. Cuando se cumplen los objetivos y los trabajadores son conscientes de ello, aumenta más su motivación y se esfuerzan más por lograrlo, y si son recompensados por ello, mucho mejor.
Debido a las condiciones infrahumanas en las que se encuentran, no obtienen los suficientes ingresos y terminan siendo excluidos socialmente. En relación con esta última afirmación, no solamente afecta a aquellas personas inmigrantes, sino a todos que presentan necesidades y dificultades para acceder a recursos fundamentales para lograr un estado de bienestar, como los casos que ya describimos al comienzo de esta reflexión y en el primer bloque de este dossier. Estas personas excluidas socialmente no tienen acceso a una vivienda propia, y si no tienen trabajo y se encuentran en la calle vagabundeando, la pobreza les lleva a depender de economías de protección social. Pueden llegar a vivir en parques, o en chabolas que se hayan construido. Aquellos que no tienen “papeles”, no acceden a los programas formativos que se plantean en la Consejería de Empleo, ni siquiera acuden a las escuelas, por lo que se encontrarán retrasados y descualificados, teniendo dificultades para encontrar un buen trabajo y terminan cayendo en el desempleo. Como ejemplo de “descualificación” se encuentran aquellas personas que han estado acostumbradas a trabajar con materiales artesanales y no se han adaptado a las innovaciones tecnológicas que podemos encontrarnos actualmente, por lo que terminan siendo rechazados.
Las malas condiciones de vida conllevan a tener más riesgo para padecer enfermedades, trastornos y adicciones, lo que conlleva a que algunas empresas puedan rechazarles por miedo a que pueda perjudicar al resto de sus trabajadores o no rendir adecuadamente en su trabajo, lo que conllevaría a reducir el rendimiento de la empresa. Y, finalmente, no trabajar conlleva a que el sujeto no se socialice de manera adecuada y no se mantenga actualizado con respecto a los cambios que surgen en la sociedad, sobre todo en lo que se refiere a aquellos puestos de trabajo que desea aspirar. Y aunque se encuentre trabajando, dadas las condiciones anteriores, pueden ser empleos precarios en los cuales puede ser despedido en cualquier momento, además de cobrar un sueldo muy bajo e incluso trabaja pocas horas, por lo que los ingresos son muy insuficientes.
Conectado con estas reflexiones, ¿qué consecuencias presenta el desempleo, tanto para los inmigrantes como los autóctonos? Por un lado, el sujeto siente que no se le respeta uno de sus derechos humanos fundamentales: El derecho a trabajar. Siente una frustración enorme, y en vista de que no puede obtener los ingresos económicos suficientes como para satisfacer sus necesidades básicas, termina desvinculándose de la sociedad. Entra en un estado de “victimismo”, y se niega a participar en la sociedad (por ejemplo, se niega a ir a votar en las elecciones). También en este tipo de situaciones muchos empresarios se aprovechan y se produce un aumento de la “economía sumergida”, en la cual las empresas optan por ofrecer empleos precarios, con las características que antes comentamos e incluso sin ofrecerles contrato alguno a los trabajadores ni dándoles de alta en la seguridad social (es decir, se encuentran en una “zona de vulnerabilidad”).
La crisis económica ha agravado la situación de muchas personas, llevándoles al desempleo o a esta precariedad laboral y, como consecuencia, a la pobreza. España se encuentra entre los países de la Unión Europea con una mayor tasa de población en riesgo de pobreza (20%), según el informe anual sobre protección social e inclusión social realizado por la Comisión Europea (los datos son de 2008) . Esta situación de pobreza afecta más a aquellos trabajadores con contrato temporal y a aquellos que, debido a que aceptan estas condiciones precarias dentro de la “economía sumergida”, sus ingresos mensuales son inferiores a 646 € aproximadamente, no llegando al 60% de la media de los ingresos de la población. Debido a sus escasos ingresos, según el Instituto Nacional de Estadística (siendo estos resultados publicados hace un año), muchas familias no pueden permitirse una dieta equilibrada y no tienen la suficiente capacidad como para afrontar gastos imprevistos y facturas (aproximadamente un 33’9% de las familias). También este estudio destaca, para finalizar, que el 13’7% de los hogares llega con dificultad a fin de mes .
En el aspecto social, muchos jóvenes titulados han visto frustradas sus aspiraciones en la vida y sus deseos de lograr una independencia y una vida estable, por lo que todavía sus padres siguen manteniéndoles. Entre los que sí tienen una vivienda alquilada, con la crisis económica y el aumento del paro, muchos tienen dificultades para pagar el alquiler y llegar a fin de mes. Aquellos que deseen adquirir una vivienda propia, deciden solicitar una hipoteca en base a que no tienen el suficiente dinero como para pagar la vivienda. Algunos de estos jóvenes, a pesar de que tienen la oportunidad de seguir formándose gracias a los cursos subvencionados que ofrece la Consejería de Empleo, se niegan a acudir a estos cursos porque piensan que será un esfuerzo inútil (“¿para qué estudiar tanto si igualmente nos vamos a quedar en el paro?”). Aquellos que han estudiado carrera universitaria, terminan perdiendo su identidad profesional, y al negarse a “reciclarse”, termina descualificado de su profesión. Esto es algo que les ha pasado a muchos jóvenes que estudiaron magisterio: Algunos llevan años intentando obtener una plaza en las oposiciones, pero debido a razones personales no son capaces de conseguir los suficientes puntos en la “fase de concurso” como para poder obtener una plaza, con lo que terminan frustrándose y dedicándose a realizar otros trabajos.
Todas estas situaciones también afectan a la salud mental de estas personas, independientemente de que sean inmigrantes u autóctonos. Muchas personas sufren depresión, ansiedad, pesimismo, dolor de cabeza, úlceras y trastornos psíquicos debido a su situación precaria, sobre todo debido a la frustración o a la desesperación por obtener los suficientes ingresos y un trabajo acorde a su titulación que le permita lograr sus objetivos en la vida. Necesitan ayuda, pero en el caso de España, el gasto social por la crisis sigue estando muy por debajo de la media comunitaria (26’2%) y lejos de países que presentan un “estado de bienestar” más aceptable. La inversión realizada para ayudas a personas que se encuentran en desempleo, se encuentra en un 2’4%, y en cuanto a aquellas consecuencias originadas por el desempleo, para la vivienda se encuentra en un 0’5% al igual que para los casos diagnosticados como “exclusión social”; y para la familia un 1’2%. Por lo tanto, podemos decir que las ayudas dadas no son suficientes como para atender a toda la población que se encuentra en esta situación.
En relación con personas adultas, además de poder padecer los mismos síntomas que los jóvenes, en el caso de que tengan hijos, pueden terminar descuidando su educación. El hecho de estar en depresión, padecer trastornos psíquicos o estar la mayor parte del día fuera del hogar para buscar un trabajo, conlleva a que los niños no puedan establecer unas relaciones de apego adecuadas con sus padres. Esto conlleva a que los niños sean educados a modo informal por otros agentes, por ejemplo los medios de comunicación. Si el niño no recibe una educación en valores adecuada, no es controlado por sus padres ni incitado a que se responsabilice de sus estudios y les encuentre sentido, si le dejan ir todos los días “a sus anchas” (come lo que quiera, sale a jugar cuando quiere y todo el tiempo que quiere, no estudia, comete las travesuras que se le ocurren, etc) o simplemente no le orientan acerca de los contenidos que aparecen en los medios de comunicación, adquirirá una serie de contravalores que pueden ser inadecuados, además de que la falta de apego puede perjudicar a su desarrollo emocional y de habilidades sociales, incluyendo adquirir una conducta inadecuada.
Se dice que aquellos que tengan más claro sus objetivos y tengan menos dificultades de definirlos tienen más posibilidades de lograrlo (Maciá, 2010). Esta afirmación es cierta en el sentido de que nosotros somos los principales protagonistas de nuestro propio futuro, y que tenemos que luchar por conseguir nuestros objetivos, analizando todas las alternativas que tenemos para lograrlos (por ejemplo, aprender idiomas y emigrar a otro país en el que todo vaya mejor y haya más oportunidades), pero también el Sistema nos limita demasiado nuestras posibilidades. Todos debemos poner de nuestra parte para mejorar la actual situación.
Aunque más adelante plantearé mis criterios de intervención personales, debo destacar las intervenciones que se realizan en nuestro país. De nuestros impuestos, el Estado desarrolla una serie de políticas sociales dirigidas a la formación y al empleo. Se analiza el mercado laboral existente y los perfiles profesionales que presentan los trabajadores, y se contrasta con el perfil profesional demandado, y de ahí se extraen las necesidades de formación, las cuales se intentarán resolver a través de programas de formación. Tenemos políticas de empleo a nivel internacional y estatales, promovidas por el Sistema Nacional de Empleo, y autonómicas promovidas por la Consejería de Empleo, destacando en Andalucía el servicio de orientación de “Andalucía Orienta”, que se ocupa de orientar a los aspirantes sobre la búsqueda de empleo, ofertas de empleo existentes, programas formativos e incluso plantean programas de prácticas en empresas para favorecer el aprendizaje de habilidades y la obtención de experiencia laboral; y no nos olvidamos del “Servicio Andaluz de empleo”, que se ocupa de gestionar las políticas activas de empleo. Cada comunidad autónoma presenta sus políticas de empleo y programas de fomento de empleo y formación para el empleo, con una formación adaptada a las necesidades de trabajadores y productividad de las empresas. Tenemos los cursos de formación continua y la Formación Profesional Ocupacional como ejemplos de dicha formación, además de las escuelas-taller, casas de oficios, talleres de empleo, talleres de oficio, escuelas de empleo, etc. A nivel estatal, se plantea mejorar los servicios públicos de empleo, la igualdad de oportunidades para acceder a un puesto de trabajo, plantear mejores estrategias de formación continua, etc.
2-Criterios de intervención
1-Organizaciones no gubernamentales deberían cooperar en facilitar la inclusión sociolaboral de las personas que se encuentren en riesgo de exclusión social, entre otros grupos de personas que a veces suelen tener dificultades: mujeres, discapacitados, parados de larga duración, minorías étnicas, inmigrantes, etc. Deben desarrollar programas formativos para que estas personas adquieran los conocimientos y habilidades que demandan los perfiles profesionales, incluyendo darles aquellas habilidades para que aprendan a adaptarse a los continuos cambios que se surgen en la sociedad. También deben asesorarles en la búsqueda de empleo, ayudándoles a elaborar su propio “currículum vitae”, a superar una entrevista de trabajo, aprender a usar las TIC para buscar un trabajo, etc, además de asesorarles en otras habilidades: Prevención de riesgos laborales, sensibilización medioambiental, alfabetización informática, etc. También deben ayudarles a formalizar su “inclusión”, es decir, obtener la tarjeta de desempleo, la tarjeta de la seguridad social, etc, en el supuesto de que sea necesario. Finalmente, sería importante que asistan psicólogos para tratar a aquellas personas que presenten trastornos psíquicos a raíz de su situación, con el objetivo de lograr aumentar su autoestima, autoeficacia, autoconcepto y motivación. Si queremos lograr una inclusión sociolaboral, es importante que todos se encuentren en igualdad de oportunidades a la hora de desear cumplir sus objetivos.
2-Más que controlar la llegada masiva de inmigrantes, se deberían repartir mejor los bienes de manera que las personas no tengan necesidad de emigrar para mejorar sus condiciones de vida. Todos los países deben dejar de pensar en sí mismos e invertir más en estos países, a pesar de que pueda resultarles al principio que van a sacar poco provecho. Deben invertir un % específico de su presupuesto en ayudar a los países más necesitados, incluyendo el envío de recursos básicos e instalación de aquellos servicios fundamentales para asegurar el estado de bienestar de las personas: Centros sanitarios, escuelas, alimentación, ropa, material de construcción más resistente, centros de acceso público a Internet y redes WIFI para mantener comunicados a estas personas y evitar que la variable “brecha digital” sea una causa más de exclusión social (Cabero, 2008). Tenemos suficientes recursos en nuestro planeta, y si hacemos un mejor reparto, no habrá necesidad de que estas personas tengan que emigrar y así evitaremos la llegada masiva de inmigrantes al país. Para terminar este criterio, podríamos solicitar que aquellas personas con estudios que pertenezcan a dichos países, en lugar de emigrar a otros países sería fundamental que permaneciesen en sus países para ayudar y sacar el máximo partido posible a todos sus conocimientos y habilidades (“ya que el país invirtió en su formación, ¿no sería mejor que para agradecérselo colaborase en su país en vez de que otros países aprovechen su formación para obtener beneficios para ellos mismos?”). En España recientemente está sucediendo lo mismo, en el sentido de que Alemania ha ofrecido puestos de trabajo para trabajadores españoles cualificados, y aunque en cierta medida es cierto que puede ayudar a satisfacer las necesidades de algunas personas, por otro lado se está aprovechando de la situación crítica de nuestro país para obtener beneficios a costa de la productividad de estas personas españolas.
3-El Estado debería desarrollar una ley que permita controlar las políticas de contratación que tienen las empresas, además de inspeccionar a menudo las condiciones en las que se encuentran trabajando las personas. De esta manera, evitaríamos, por ejemplo, que personas inmigrantes sean contratadas por un sueldo muy bajo, en malas condiciones y trabajando demasiadas horas. También controlaríamos que se produzcan conflictos sociales como la “deslocalización”, para evitar que muchos trabajadores autóctonos se queden en el paro. La cuestión es rechazar el neoliberalismo y las tendencias capitalistas de muchos empresarios, y sancionar a aquellos que comentan injusticias humanas con la coartada de que son empresas privadas.
4-Para evitar que las personas puedan ser despedidas por “descualificación” y así evitar fenómenos como la deslocalización, tenemos que crear programas formativos para los trabajadores, de manera que se encuentren actualizados y puedan responder a las necesidades de sus empresas. Si los empresarios se dan cuenta de que sus trabajadores se encuentran muy bien cualificados y rinden satisfactoriamente, el producto de su empresa y los beneficios obtenidos hará que estos empresarios reflexionen acerca de si vale la pena trasladar la empresa a otro país a raíz de los beneficios que se obtienen con los trabajadores que ya tienen. Las comunidades autónomas deben diagnosticar las necesidades de las empresas y de la sociedad para así diseñar programas formativos dirigidos a la capacitación de los trabajadores y desempleados para saber responder a estas necesidades, y realizar una evaluación continua de estas necesidades cada año. No olvidemos que la sociedad está sometida a cambios continuos y las personas deben saber afrontarlos.
5-Controlar el contenido que ofrecen los programas emitidos por los medios de comunicación acerca del movimiento migratorio y sobre la situación que padecen, incluyendo aquellas personas que se encuentran en exclusión social. Esta intervención no solamente debe ir dirigida a aquellas personas inmigrantes, sino a todos aquellos que se encuentran en riesgo de exclusión social. No debemos olvidar que existen muchos barrios llenos de pobreza que deben ser tenidos en cuenta. Deben salir más contenidos dedicados a la situación difícil que viven estas personas, con campañas de sensibilización y ayuda. Debemos evitar que solamente emitan imágenes negativas sin justificación alguna, sino que expliquen la situación que viven estas personas, por qué han emigrado a nuestro país, por qué se producen conflictos bélicos y quiénes son los causantes, etc. La finalidad es eliminar todos aquellos estereotipos y prejuicios negativos y lograr la cooperación de todos para favorecer su inclusión social.
6-Aumentar las inversiones en gasto social para aquellas personas que se encuentren en riesgo de exclusión social. Es cierto que nos encontramos sumergidos en una grave crisis económica, pero podríamos intentar obtener presupuesto a través de algunas medidas: Reducir las subvenciones a la televisión pública y al cine español, eliminar algunos puestos del Gobierno que resultan superfluos (ej: “Viceministro tercero”) y reducir los sueldos millonarios de todos los que se dedican a la política. Sería también interesante buscar alguna medida legal de evitar que, en el mundo del deporte, se contraten jugadores por cantidades de dinero excesivas, y que un % de los presupuestos de los clubes más grandes y ricos del país (Real Madrid, Barcelona) se destinen a ayudas para gasto social. Gracias a la intervención de todos y al voluntariado de organizaciones no gubernamentales y asociaciones, podremos ayudar a mejorar las zonas que se encuentran en riesgo de exclusión social, aquellas en estado de privación sociocultural: Mejorar la infraestructura de los barrios, crear centros de salud, dotar de recursos a los centros educativos de la zona, instalar redes WIFI, crear centros de ocio y cultura (ej: Bibliotecas con acceso a Internet), entre otros recursos que sean necesarios. Para aquellas personas que no tienen hogar, sugerimos la creación de “pisos-hogar”, en donde se les dé acogida, educación y desarrollar todo tipo de habilidades hasta que se les posibilita su inserción sociolaboral.
7-Si una empresa quiere obtener beneficios y ganar prestigio, debe invertir. Por ello, una de las inversiones que pueden serles más significativas es en la formación continua de sus trabajadores. Si les preocupa el coste excesivo, cada comunidad autónoma debería abrir un programa de becas de ayuda para subvencionar proyectos formativos en las empresas. Cada empresa debe diagnosticar cuáles son las necesidades formativas que requieren sus trabajadores (puede contar con la ayuda de asesores externos) y qué competencias desean que sus trabajadores desarrollen a raíz de los objetivos de la empresa. De esta manera, la empresa solamente tendría que invertir una cantidad mínima en la formación de los trabajadores, y posteriormente, gracias a la productividad de sus trabajadores, recibirán beneficios. Si quiere que estos beneficios sean mejores, aquí entraría la reflexión que realicé sobre el reparto de beneficios y motivar a los trabajadores, es decir, valorar todo el trabajo que realizan. También sugiero que las empresas, a través del departamento de recursos humanos de la zona, realicen una evaluación continua de la labor realizada por sus trabajadores para detectar estas necesidades y recibir el asesoramiento necesario para que puedan mejorar su labor e incitarles a implicarse. Si presenciamos una actitud negativa, deben ser amenazados con el despido para así lograr que se impliquen, y si no para dar entrada a otros trabajadores cualificados que necesitan trabajar.
8-En tiempos de crisis, muchas pequeñas y medianas empresas y muchos autónomos se han arruinado, y muchos han cerrado sus empresas. Además de todos los criterios de intervención planteados hasta ahora, sería importante que las multinacionales solamente tuviesen una extensión mínima, para favorecer que las pequeñas empresas puedan exportar sus productos y ganar más clientes, y así obtener los suficientes ingresos como para satisfacer sus necesidades básicas y alcanzar un estado de bienestar.
9-Aunque las personas desempleadas reciban una ayuda económica, sería importante que recibiesen esta ayuda económica a cambio de realizar una tarea en concreto. Un número determinado de horas a la semana (no excesivas, porque debemos facilitarles tiempo para que se dediquen a buscar empleo y a formarse) podrían realizar servicios a la comunidad (por ejemplo, colaborar en la atención a personas que se encuentren en riesgo de exclusión social), de forma que, además de ganarse la ayuda que han obtenido como si se tratase de un sueldo, les permitiría adquirir una experiencia laboral más (sobre todo para aquellos que solamente tengan estudios primarios) y desarrollar más habilidades: actitud positiva, habilidades sociales, trabajo en equipo, iniciativa, etc, que son imprescindibles para satisfacer las necesidades de las empresas y de la sociedad, además de elevar su autoeficacia y motivación cuando realizan positivamente su labor.
10-En los centros educativos, se debe hacer especial hincapié en la orientación profesional, sobre todo en el segundo ciclo de Educación Secundaria Obligatoria. Planteo aquí a continuación varios ejemplos de contenidos y tareas que podríamos realizar con nuestros alumnos, conectado con lo que aprendí en la asignatura Orientación profesional de la Licenciatura de Psicopedagogía: Intereses y capacidades del alumnado, la toma de decisiones, exploración de expectativas de los sujetos ante sus propias capacidades y nivel de autoeficacia, trabajar el autoconcepto de sus aptitudes, metas, intereses y talentos; elabora una “bolsa” de intereses y conocer todas las ocupaciones existentes en nuestra sociedad y conectarlo con los intereses, actividades para mejorar la motivación y la autoestima hacia el mundo laboral, charlas-coloquio sobre las distintas opciones educativas, explorar la madurez vocacional del alumnado y diseñar un proceso de intervención para evolucionarla acorde a la edad del sujeto y a la madurez que presentan, sesiones de “autoayuda”, desarrollo de dinámicas que fomenten el desarrollo de valores positivos para el acceso y desenvolvimiento en el mundo laboral, trabajo cooperativo y cohesión de grupos, relaciones interpersonales y labores entre un grupo de personas, realizar simulaciones o juegos de roles sobre situaciones o experiencias del mundo laboral relacionadas con el desarrollo de habilidades y valores, elaboración de un “currículum vitae” y una carta de presentación, desarrollar dinámicas para preparar al alumnado para superar entrevistas de trabajo (expresión oral, comunicación no verbal, seguridad en el habla, etc), analizar los sectores de trabajo existentes, organización y funcionamiento de una empresa, tipos de empresas, la globalización, temas sociales que afectan al mundo laboral, estereotipos vocacionales existentes, talleres específicos (informática, idiomas, matemáticas, etc) aplicado al mundo laboral, desarrollar habilidades cognitivas y capacidad de adaptación e integración al entorno laboral y sus frecuentes cambios, explorar qué significa para nosotros “trabajar”, aplicar tests de personalidad y de intereses ocupacionales para explorar cuáles son las ocupaciones que mejor se adecuan a nuestros intereses y personalidad, visitas a centros de formación y empleo, realizar proyectos de investigación enfocados al tránsito hacia la vida laboral y el funcionamiento de una empresa, orientación sobre cursos y talleres que ayuden a completar su formación, orientación para la búsqueda de empleo, analizar estudios de caso, etc. Junto a todo esto, debe garantizarse una educación de calidad, partiendo de las potencialidades y necesidades de los alumnos y planteando una metodología constructivista para favorecer un aprendizaje significativo y relevante. A mejor formación, mejor preparados estarán para enfrentarse a la vida cotidiana y laboral.
11-A ser posible, propondría que en 4º de Educación Secundaria se impartiese el área de “Iniciación profesional”. Esta asignatura tiene el objetivo de facilitar al alumno la elección de la rama profesional que desee cursar después de la ESO o bien proporcionarle los conocimientos básicos para acceder al mundo del trabajo. Los contenidos que trabajaríamos serían los siguientes: El mercado laboral, oferta y demandas de empleo, empleo público y privado, la inserción laboral de la juventud, la elección de profesión, tipos de empresas, el organigrama, la organización y funcionamiento de la empresa, requisitos para crear una empresa, prevención de riesgos laborales, el “currículum vitae”, derechos y deberes de los trabajadores, el convenio colectivo, la huelga y el cierre patronal, el contrato de trabajo, la jornada laboral, los salarios y los sindicatos, los módulos profesionales, las instituciones relacionadas con el empleo, estrategias y técnicas de búsqueda de empleo y el proyecto personal, entre otros. Esta asignatura es de especial interés para aquellos alumnos que quieran incorporarse al mundo laboral, que piensen crear una empresa, que decidan hacer módulos profesionales, ...
12-En el ámbito de la orientación profesional nada debe generalizarse. La orientación debe ser personalizada, de manera que el orientador debe diagnosticar las potencialidades y dificultades del sujeto para diagnosticar la intervención que necesita para desarrollar aquellas competencias necesarias para que pueda adaptarse a las exigencias de los perfiles profesionales demandados por la sociedad. El orientador debe prevenir futuras dificultades que puedan tener los sujetos a la hora de poder alcanzar sus metas. También debe orientar al sujeto acerca de la formación que debe realizar para alcanzar sus metas (“¿qué rama de Bachillerato es más adecuada?”, “¿existe algún ciclo formativo que me prepara para ser lo que deseo ser?”, “¿qué conocimiento informáticos debo dominar?”, etc), incluyendo en aquellas actitudes necesarias para desempeñar ese oficio, a raíz de la personalidad que presente. Entre las diferentes técnicas que debe utilizar, se encuentra la escucha activa, la técnica del reflejo, un uso presuposicional del lenguaje (dar por hecho logros o acciones del usuario), técnicas para que reflexione acerca de cómo poder superar dificultades, etc. Tenemos que mantener a los sujetos motivados para que superen sus dificultades y se esfuercen por lograr sus objetivos, intentando crear actividades que permitan aumentar su autoconcepto, autoestima y autoeficacia. Como orientadores, nunca debemos subestimar las posibilidades de los sujetos para alcanzar sus metas y ser educados en igualdad de oportunidades, independientemente de su caracterización (incluyendo posibles discapacidades que pueda presentar), manteniendo unas altas expectativas (aunque sin excedernos para evitar presionarle y que termine frustrado al no poder alcanzar esas expectativas). Intentar orientarles para que no se rindan porque piensen que por proceder de un contexto determinado, o que se rindan pronto y se conformen con muy poco, reducir creencias negativas (ej: “solamente se encuentra trabajando a partir de enchufes”), orientarles acerca de la utilidad de las diferentes técnicas de búsqueda de empleo existentes, etc.
13-Los formadores, incluyendo los orientadores de los centros educativos, deben actualizarse continuamente para saber atender las necesidades e intereses de los aspirantes a empleo, trabajadores, desempleados, empresas, etc. Deben asistir a reuniones científicas, cursos de actualización, mantener al tanto de las novedades en políticas de formación y empleo (autonómicas, estatales, europeas), actualizar las metodologías y recursos didácticos para saber responder adecuadamente a las necesidades (además de tener en cuenta las innovaciones TIC para el proceso de enseñanza-aprendizaje), etc. Según las necesidades que encuentren, deberán aumentar sus conocimientos para saber atenderlas adecuadamente.
14-Finalmente, quiero decir que un trabajo cooperativo entre todos los profesionales que se han mencionado aquí, incluyendo la cooperación del Estado, es fundamental para conseguir mejorar la situación actual. Si todos los profesionales se implican y logran que las personas afectadas también logren implicarse y evolucionar sus actitudes a otras positivas, podríamos lograr la inclusión sociolaboral de todas las personas. Podríamos construir una red social en la cual todos los profesionales de diferentes sectores (educación formal, educación no formal, servicios de orientación, organizaciones no gubernamentales, etc) se comunicasen, compartiesen información, se resolviesen dudas, diseñasen recursos, desarrollen proyectos en conjunto, etc. También tendrían acceso aquellas personas que tengan dudas y se encuentren en desempleo. Intentaríamos facilitar la construcción de un Centro de Acceso Público a Internet (CAPI) en aquellas zonas en estado de privación sociocultural y en riesgo de exclusión social, para que puedan tener acceso a esta red social, además de facilitarles que utilicen esta aplicación para sus tareas de la vida cotidiana, incluyendo la búsqueda de empleo, eliminando la “brecha digital”. Tendríamos dos tutores que se ocuparían de orientar a las personas a utilizar Internet y manejar la red social, entre otras tareas.
En relación con la población inmigrante, en el vídeo La estrategia de Simbad (Estévez, Mateos, Cereijo, et al., 2006) pudimos comprobar que se producían grandes e importantes movimientos migratorios para buscar un mínimo grado de bienestar. Dicho “estado de bienestar” consiste en que todos tenemos cubiertas nuestras necesidades básicas (alimentación, sanidad, vestimenta, vivienda, educación, empleo, etc). Debido al movimiento de la globalización, la distribución de recursos se realiza de forma desigual. Los países más ricos y desarrollados acumulan el 80% de estos recursos, para así poder hacerse aún más ricos según sus intereses. El resto de poblaciones más subdesarrolladas no reciben los suficientes recursos como para conseguir su bienestar, por lo que, de forma desesperada, deciden emigrar a otros países para buscar mejores condiciones de vida o al menos los suficientes recursos como para enviárselos a sus familiares.
Actualmente en España se está produciendo una llegada masiva de nuevos inmigrantes. Hace algunos años, el PSOE aprobó una ley de regularización de inmigrantes, que como consecuencia tuvo el aumento de la cotizaciones de la seguridad social, pero a partir de ahí se produjeron muchos asaltos de personas procedentes de otros países a las vallas que bordean la frontera. A esta situación se la relacionó con el “efecto llamada”, que consiste en la llegada masiva de nuevos inmigrantes ilegales al país dadas las posibilidades de legalización ofrecidas por el proceso regulador de nuestro país. No debemos tampoco esconder una de las realidades del movimiento migratorio, en la cual cada vez llegan más pateras con personas que deciden mejorar su situación. Deciden sortear todos los peligros posibles, desde el mal temporal y los peligros propios del mar (“luchar contra los elementos”, hasta que terminan naufragando), hasta burlar a los militares que protegen la frontera de los países ricos (Akkari y Ferrer, 2000; Jiménez Gámez, 2004).
Estas personas inmigrantes aceptan trabajar en unas condiciones laborales inadecuadas con tal de obtener un mínimo de ingresos. Los empresarios, al tener que pagarles menos dinero que a un trabajador autóctono, se enriquecen aún más a cambio de obtener el mismo nivel de producción, y los trabajadores autóctonos se quedan en el paro, convirtiéndose en personas en riesgo de ser excluidos socialmente al no poder obtener los suficientes ingresos como para satisfacer todas sus necesidades básicas. A pesar de ser una situación bastante injusta, el Estado no puede hacer nada debido a que son empresas privatizadas que éstos no pueden controlar, siguiendo las teorías del neoliberalismo (Jiménez Gámez, 2004).
En la sociedad cada vez más personas encuentran como algo negativo la inmigración en el país, sobre todo a raíz de la actual crisis económica. Piensan que los inmigrantes son “intrusos” que han venido a quitarles los puestos de trabajo que deberían ir destinados, supuestamente, a las personas autóctonas. Nadie parece recordar que nosotros los españoles también emigramos a otros países debido a la pobreza que encontrábamos en nuestros países, a causa de la Guerra Civil o simplemente que no aceptábamos vivir en las condiciones que se encontraba el país con la dictadura del general Franco, además de negarse a vivir en una sociedad cuya situación contradecía todos sus ideales (Arriba y Pérez, 2005).
Los medios de comunicación han tenido un papel muy importante a la hora de influir en la opinión pública. En los telediarios y otros programas informativos suelen mostrar una sucesión de imágenes en las cuales representan a los países de otras culturas como personas que les gusta mendigar y que son la causa de que la delincuencia y el fracaso escolar hayan aumentado (Prats y Elisabet, 2007). Ofrecen imágenes que ayudan a favorecer la creencia en estereotipos y prejuicios negativos, con imágenes de aquellas personas que tienden al “fundamentalismo” y presentan “identidades asesinas”, en las cuales atentan contra todos aquellos que no siguen sus creencias (Jiménez Gámez, 2004). Los ciudadanos “etiquetan” a las personas de estas culturas, generalizando que todos presentan un comportamiento específico que en la realidad solamente es mantenido por un grupo selecto de personas. Se piensan que todos los inmigrantes que proceden de los países africanos y árabes son terroristas, delincuentes, sucios y conflictivos. También les acusan de que, debido a su mendicidad, acumulan desperdicios y afectan al medio ambiente, además de las críticas emitidas por la sociedad porque dicen que los inmigrantes reciben más subvenciones que los autóctonos cuando todos tenemos los mismos derechos. Es lo que tiene presentar solamente las imágenes relacionadas con conflictos, miseria, terrorismo, guerras, ...y no mostrar todo lo que sufren estas personas para vivir y cómo son explotados, además de todas las riquezas que aportan su cultura.
Gracias a que se han fomentado esas creencias negativas en la sociedad e incluso un fuerte racismo, los empresarios pueden seguir explotando a los inmigrantes y enriqueciéndose más, al nadie darse cuenta de lo que sucede realmente ni preocuparse por la inclusión de estas personas y que se cumplan sus derechos humanos. Las personas inmigrantes, debido a falta de apoyos y despreocupación por parte de la sociedad, terminan siendo excluidos socialmente. ¿Por qué nadie recuerda que los españoles también emigramos para buscar una vida mejor? ¿Es que les hubiera gustado que les hubiesen tratado de la misma forma en que son tratados aquí las personas inmigrantes, sobre todo aquellos que proceden de países subdesarrollados?. Aún así, podemos encontrarnos situaciones que posibilitan que la sociedad se percate de las verdaderas intenciones de los empresarios. Se trata de aquellas consecuencias debidas al proceso de “deslocalización”. Empresarios que tienen a trabajadores autóctonos poco cualificados deciden trasladar sus fábricas a países subdesarrollados en los cuales la mano de obra resulta más barata y se encuentra con el mismo nivel de cualificación que los trabajadores autóctonos (es decir, prácticamente descualificadas, solamente saben realizar una tarea específica, es decir, “poner el mismo tornillo siempre en cada producto”), para así obtener mayores beneficios. Al ser empresas privadas, el Estado no puede intervenir sobre ellas, por lo que muchas personas terminan quedándose en el paro. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, con la empresa “Delphi”, cuyos trabajadores aún siguen manifestándose para que encuentren una solución a su actual situación, siendo muchos de ellos personas descualificadas con escasa formación y sin saber hacer otra cosa que lo que hacían en su antigua empresa. Para los países pobres, este control que ejercen las multinacionales sobre ellos a través de estas estrategias laborales les lleva a que su capacidad de desarrollo sea muy limitada.
Todo esto es también consecuencia, además del neoliberalismo, de los movimientos capitalistas que predominan en los empresarios, donde la finalidad es adquirir capital durante el proceso de producción, acumulando el máximo capital posible, y a cuanto menor sea el salario ofrecido a los trabajadores, mucho mejor. Desde mi punto de vista, el capital que gana la empresa no debería de pertenecer al dueño, sino a la empresa en sí. Los dueños deben tener un sueldo estándar, y el resto del capital debe ser ahorrado para así prevenir posibles desastres, por ejemplo que venga una crisis económica como la que tenemos ahora que pueda llevar a que nuestra empresa quiebre. Si hay beneficios excesivos, además de ahorrar una cantidad estándar, debe ser repartido entre los trabajadores. Si ha habido beneficios “extra”, es gracias al esfuerzo llevado a cabo por los trabajadores, así que si obtienen un “reforzamiento positivo”, su motivación aumentará y se esforzarán en seguir rindiendo adecuadamente. Cuando se cumplen los objetivos y los trabajadores son conscientes de ello, aumenta más su motivación y se esfuerzan más por lograrlo, y si son recompensados por ello, mucho mejor.
Debido a las condiciones infrahumanas en las que se encuentran, no obtienen los suficientes ingresos y terminan siendo excluidos socialmente. En relación con esta última afirmación, no solamente afecta a aquellas personas inmigrantes, sino a todos que presentan necesidades y dificultades para acceder a recursos fundamentales para lograr un estado de bienestar, como los casos que ya describimos al comienzo de esta reflexión y en el primer bloque de este dossier. Estas personas excluidas socialmente no tienen acceso a una vivienda propia, y si no tienen trabajo y se encuentran en la calle vagabundeando, la pobreza les lleva a depender de economías de protección social. Pueden llegar a vivir en parques, o en chabolas que se hayan construido. Aquellos que no tienen “papeles”, no acceden a los programas formativos que se plantean en la Consejería de Empleo, ni siquiera acuden a las escuelas, por lo que se encontrarán retrasados y descualificados, teniendo dificultades para encontrar un buen trabajo y terminan cayendo en el desempleo. Como ejemplo de “descualificación” se encuentran aquellas personas que han estado acostumbradas a trabajar con materiales artesanales y no se han adaptado a las innovaciones tecnológicas que podemos encontrarnos actualmente, por lo que terminan siendo rechazados.
Las malas condiciones de vida conllevan a tener más riesgo para padecer enfermedades, trastornos y adicciones, lo que conlleva a que algunas empresas puedan rechazarles por miedo a que pueda perjudicar al resto de sus trabajadores o no rendir adecuadamente en su trabajo, lo que conllevaría a reducir el rendimiento de la empresa. Y, finalmente, no trabajar conlleva a que el sujeto no se socialice de manera adecuada y no se mantenga actualizado con respecto a los cambios que surgen en la sociedad, sobre todo en lo que se refiere a aquellos puestos de trabajo que desea aspirar. Y aunque se encuentre trabajando, dadas las condiciones anteriores, pueden ser empleos precarios en los cuales puede ser despedido en cualquier momento, además de cobrar un sueldo muy bajo e incluso trabaja pocas horas, por lo que los ingresos son muy insuficientes.
Conectado con estas reflexiones, ¿qué consecuencias presenta el desempleo, tanto para los inmigrantes como los autóctonos? Por un lado, el sujeto siente que no se le respeta uno de sus derechos humanos fundamentales: El derecho a trabajar. Siente una frustración enorme, y en vista de que no puede obtener los ingresos económicos suficientes como para satisfacer sus necesidades básicas, termina desvinculándose de la sociedad. Entra en un estado de “victimismo”, y se niega a participar en la sociedad (por ejemplo, se niega a ir a votar en las elecciones). También en este tipo de situaciones muchos empresarios se aprovechan y se produce un aumento de la “economía sumergida”, en la cual las empresas optan por ofrecer empleos precarios, con las características que antes comentamos e incluso sin ofrecerles contrato alguno a los trabajadores ni dándoles de alta en la seguridad social (es decir, se encuentran en una “zona de vulnerabilidad”).
La crisis económica ha agravado la situación de muchas personas, llevándoles al desempleo o a esta precariedad laboral y, como consecuencia, a la pobreza. España se encuentra entre los países de la Unión Europea con una mayor tasa de población en riesgo de pobreza (20%), según el informe anual sobre protección social e inclusión social realizado por la Comisión Europea (los datos son de 2008) . Esta situación de pobreza afecta más a aquellos trabajadores con contrato temporal y a aquellos que, debido a que aceptan estas condiciones precarias dentro de la “economía sumergida”, sus ingresos mensuales son inferiores a 646 € aproximadamente, no llegando al 60% de la media de los ingresos de la población. Debido a sus escasos ingresos, según el Instituto Nacional de Estadística (siendo estos resultados publicados hace un año), muchas familias no pueden permitirse una dieta equilibrada y no tienen la suficiente capacidad como para afrontar gastos imprevistos y facturas (aproximadamente un 33’9% de las familias). También este estudio destaca, para finalizar, que el 13’7% de los hogares llega con dificultad a fin de mes .
En el aspecto social, muchos jóvenes titulados han visto frustradas sus aspiraciones en la vida y sus deseos de lograr una independencia y una vida estable, por lo que todavía sus padres siguen manteniéndoles. Entre los que sí tienen una vivienda alquilada, con la crisis económica y el aumento del paro, muchos tienen dificultades para pagar el alquiler y llegar a fin de mes. Aquellos que deseen adquirir una vivienda propia, deciden solicitar una hipoteca en base a que no tienen el suficiente dinero como para pagar la vivienda. Algunos de estos jóvenes, a pesar de que tienen la oportunidad de seguir formándose gracias a los cursos subvencionados que ofrece la Consejería de Empleo, se niegan a acudir a estos cursos porque piensan que será un esfuerzo inútil (“¿para qué estudiar tanto si igualmente nos vamos a quedar en el paro?”). Aquellos que han estudiado carrera universitaria, terminan perdiendo su identidad profesional, y al negarse a “reciclarse”, termina descualificado de su profesión. Esto es algo que les ha pasado a muchos jóvenes que estudiaron magisterio: Algunos llevan años intentando obtener una plaza en las oposiciones, pero debido a razones personales no son capaces de conseguir los suficientes puntos en la “fase de concurso” como para poder obtener una plaza, con lo que terminan frustrándose y dedicándose a realizar otros trabajos.
Todas estas situaciones también afectan a la salud mental de estas personas, independientemente de que sean inmigrantes u autóctonos. Muchas personas sufren depresión, ansiedad, pesimismo, dolor de cabeza, úlceras y trastornos psíquicos debido a su situación precaria, sobre todo debido a la frustración o a la desesperación por obtener los suficientes ingresos y un trabajo acorde a su titulación que le permita lograr sus objetivos en la vida. Necesitan ayuda, pero en el caso de España, el gasto social por la crisis sigue estando muy por debajo de la media comunitaria (26’2%) y lejos de países que presentan un “estado de bienestar” más aceptable. La inversión realizada para ayudas a personas que se encuentran en desempleo, se encuentra en un 2’4%, y en cuanto a aquellas consecuencias originadas por el desempleo, para la vivienda se encuentra en un 0’5% al igual que para los casos diagnosticados como “exclusión social”; y para la familia un 1’2%. Por lo tanto, podemos decir que las ayudas dadas no son suficientes como para atender a toda la población que se encuentra en esta situación.
En relación con personas adultas, además de poder padecer los mismos síntomas que los jóvenes, en el caso de que tengan hijos, pueden terminar descuidando su educación. El hecho de estar en depresión, padecer trastornos psíquicos o estar la mayor parte del día fuera del hogar para buscar un trabajo, conlleva a que los niños no puedan establecer unas relaciones de apego adecuadas con sus padres. Esto conlleva a que los niños sean educados a modo informal por otros agentes, por ejemplo los medios de comunicación. Si el niño no recibe una educación en valores adecuada, no es controlado por sus padres ni incitado a que se responsabilice de sus estudios y les encuentre sentido, si le dejan ir todos los días “a sus anchas” (come lo que quiera, sale a jugar cuando quiere y todo el tiempo que quiere, no estudia, comete las travesuras que se le ocurren, etc) o simplemente no le orientan acerca de los contenidos que aparecen en los medios de comunicación, adquirirá una serie de contravalores que pueden ser inadecuados, además de que la falta de apego puede perjudicar a su desarrollo emocional y de habilidades sociales, incluyendo adquirir una conducta inadecuada.
Se dice que aquellos que tengan más claro sus objetivos y tengan menos dificultades de definirlos tienen más posibilidades de lograrlo (Maciá, 2010). Esta afirmación es cierta en el sentido de que nosotros somos los principales protagonistas de nuestro propio futuro, y que tenemos que luchar por conseguir nuestros objetivos, analizando todas las alternativas que tenemos para lograrlos (por ejemplo, aprender idiomas y emigrar a otro país en el que todo vaya mejor y haya más oportunidades), pero también el Sistema nos limita demasiado nuestras posibilidades. Todos debemos poner de nuestra parte para mejorar la actual situación.
Aunque más adelante plantearé mis criterios de intervención personales, debo destacar las intervenciones que se realizan en nuestro país. De nuestros impuestos, el Estado desarrolla una serie de políticas sociales dirigidas a la formación y al empleo. Se analiza el mercado laboral existente y los perfiles profesionales que presentan los trabajadores, y se contrasta con el perfil profesional demandado, y de ahí se extraen las necesidades de formación, las cuales se intentarán resolver a través de programas de formación. Tenemos políticas de empleo a nivel internacional y estatales, promovidas por el Sistema Nacional de Empleo, y autonómicas promovidas por la Consejería de Empleo, destacando en Andalucía el servicio de orientación de “Andalucía Orienta”, que se ocupa de orientar a los aspirantes sobre la búsqueda de empleo, ofertas de empleo existentes, programas formativos e incluso plantean programas de prácticas en empresas para favorecer el aprendizaje de habilidades y la obtención de experiencia laboral; y no nos olvidamos del “Servicio Andaluz de empleo”, que se ocupa de gestionar las políticas activas de empleo. Cada comunidad autónoma presenta sus políticas de empleo y programas de fomento de empleo y formación para el empleo, con una formación adaptada a las necesidades de trabajadores y productividad de las empresas. Tenemos los cursos de formación continua y la Formación Profesional Ocupacional como ejemplos de dicha formación, además de las escuelas-taller, casas de oficios, talleres de empleo, talleres de oficio, escuelas de empleo, etc. A nivel estatal, se plantea mejorar los servicios públicos de empleo, la igualdad de oportunidades para acceder a un puesto de trabajo, plantear mejores estrategias de formación continua, etc.
2-Criterios de intervención
1-Organizaciones no gubernamentales deberían cooperar en facilitar la inclusión sociolaboral de las personas que se encuentren en riesgo de exclusión social, entre otros grupos de personas que a veces suelen tener dificultades: mujeres, discapacitados, parados de larga duración, minorías étnicas, inmigrantes, etc. Deben desarrollar programas formativos para que estas personas adquieran los conocimientos y habilidades que demandan los perfiles profesionales, incluyendo darles aquellas habilidades para que aprendan a adaptarse a los continuos cambios que se surgen en la sociedad. También deben asesorarles en la búsqueda de empleo, ayudándoles a elaborar su propio “currículum vitae”, a superar una entrevista de trabajo, aprender a usar las TIC para buscar un trabajo, etc, además de asesorarles en otras habilidades: Prevención de riesgos laborales, sensibilización medioambiental, alfabetización informática, etc. También deben ayudarles a formalizar su “inclusión”, es decir, obtener la tarjeta de desempleo, la tarjeta de la seguridad social, etc, en el supuesto de que sea necesario. Finalmente, sería importante que asistan psicólogos para tratar a aquellas personas que presenten trastornos psíquicos a raíz de su situación, con el objetivo de lograr aumentar su autoestima, autoeficacia, autoconcepto y motivación. Si queremos lograr una inclusión sociolaboral, es importante que todos se encuentren en igualdad de oportunidades a la hora de desear cumplir sus objetivos.
2-Más que controlar la llegada masiva de inmigrantes, se deberían repartir mejor los bienes de manera que las personas no tengan necesidad de emigrar para mejorar sus condiciones de vida. Todos los países deben dejar de pensar en sí mismos e invertir más en estos países, a pesar de que pueda resultarles al principio que van a sacar poco provecho. Deben invertir un % específico de su presupuesto en ayudar a los países más necesitados, incluyendo el envío de recursos básicos e instalación de aquellos servicios fundamentales para asegurar el estado de bienestar de las personas: Centros sanitarios, escuelas, alimentación, ropa, material de construcción más resistente, centros de acceso público a Internet y redes WIFI para mantener comunicados a estas personas y evitar que la variable “brecha digital” sea una causa más de exclusión social (Cabero, 2008). Tenemos suficientes recursos en nuestro planeta, y si hacemos un mejor reparto, no habrá necesidad de que estas personas tengan que emigrar y así evitaremos la llegada masiva de inmigrantes al país. Para terminar este criterio, podríamos solicitar que aquellas personas con estudios que pertenezcan a dichos países, en lugar de emigrar a otros países sería fundamental que permaneciesen en sus países para ayudar y sacar el máximo partido posible a todos sus conocimientos y habilidades (“ya que el país invirtió en su formación, ¿no sería mejor que para agradecérselo colaborase en su país en vez de que otros países aprovechen su formación para obtener beneficios para ellos mismos?”). En España recientemente está sucediendo lo mismo, en el sentido de que Alemania ha ofrecido puestos de trabajo para trabajadores españoles cualificados, y aunque en cierta medida es cierto que puede ayudar a satisfacer las necesidades de algunas personas, por otro lado se está aprovechando de la situación crítica de nuestro país para obtener beneficios a costa de la productividad de estas personas españolas.
3-El Estado debería desarrollar una ley que permita controlar las políticas de contratación que tienen las empresas, además de inspeccionar a menudo las condiciones en las que se encuentran trabajando las personas. De esta manera, evitaríamos, por ejemplo, que personas inmigrantes sean contratadas por un sueldo muy bajo, en malas condiciones y trabajando demasiadas horas. También controlaríamos que se produzcan conflictos sociales como la “deslocalización”, para evitar que muchos trabajadores autóctonos se queden en el paro. La cuestión es rechazar el neoliberalismo y las tendencias capitalistas de muchos empresarios, y sancionar a aquellos que comentan injusticias humanas con la coartada de que son empresas privadas.
4-Para evitar que las personas puedan ser despedidas por “descualificación” y así evitar fenómenos como la deslocalización, tenemos que crear programas formativos para los trabajadores, de manera que se encuentren actualizados y puedan responder a las necesidades de sus empresas. Si los empresarios se dan cuenta de que sus trabajadores se encuentran muy bien cualificados y rinden satisfactoriamente, el producto de su empresa y los beneficios obtenidos hará que estos empresarios reflexionen acerca de si vale la pena trasladar la empresa a otro país a raíz de los beneficios que se obtienen con los trabajadores que ya tienen. Las comunidades autónomas deben diagnosticar las necesidades de las empresas y de la sociedad para así diseñar programas formativos dirigidos a la capacitación de los trabajadores y desempleados para saber responder a estas necesidades, y realizar una evaluación continua de estas necesidades cada año. No olvidemos que la sociedad está sometida a cambios continuos y las personas deben saber afrontarlos.
5-Controlar el contenido que ofrecen los programas emitidos por los medios de comunicación acerca del movimiento migratorio y sobre la situación que padecen, incluyendo aquellas personas que se encuentran en exclusión social. Esta intervención no solamente debe ir dirigida a aquellas personas inmigrantes, sino a todos aquellos que se encuentran en riesgo de exclusión social. No debemos olvidar que existen muchos barrios llenos de pobreza que deben ser tenidos en cuenta. Deben salir más contenidos dedicados a la situación difícil que viven estas personas, con campañas de sensibilización y ayuda. Debemos evitar que solamente emitan imágenes negativas sin justificación alguna, sino que expliquen la situación que viven estas personas, por qué han emigrado a nuestro país, por qué se producen conflictos bélicos y quiénes son los causantes, etc. La finalidad es eliminar todos aquellos estereotipos y prejuicios negativos y lograr la cooperación de todos para favorecer su inclusión social.
6-Aumentar las inversiones en gasto social para aquellas personas que se encuentren en riesgo de exclusión social. Es cierto que nos encontramos sumergidos en una grave crisis económica, pero podríamos intentar obtener presupuesto a través de algunas medidas: Reducir las subvenciones a la televisión pública y al cine español, eliminar algunos puestos del Gobierno que resultan superfluos (ej: “Viceministro tercero”) y reducir los sueldos millonarios de todos los que se dedican a la política. Sería también interesante buscar alguna medida legal de evitar que, en el mundo del deporte, se contraten jugadores por cantidades de dinero excesivas, y que un % de los presupuestos de los clubes más grandes y ricos del país (Real Madrid, Barcelona) se destinen a ayudas para gasto social. Gracias a la intervención de todos y al voluntariado de organizaciones no gubernamentales y asociaciones, podremos ayudar a mejorar las zonas que se encuentran en riesgo de exclusión social, aquellas en estado de privación sociocultural: Mejorar la infraestructura de los barrios, crear centros de salud, dotar de recursos a los centros educativos de la zona, instalar redes WIFI, crear centros de ocio y cultura (ej: Bibliotecas con acceso a Internet), entre otros recursos que sean necesarios. Para aquellas personas que no tienen hogar, sugerimos la creación de “pisos-hogar”, en donde se les dé acogida, educación y desarrollar todo tipo de habilidades hasta que se les posibilita su inserción sociolaboral.
7-Si una empresa quiere obtener beneficios y ganar prestigio, debe invertir. Por ello, una de las inversiones que pueden serles más significativas es en la formación continua de sus trabajadores. Si les preocupa el coste excesivo, cada comunidad autónoma debería abrir un programa de becas de ayuda para subvencionar proyectos formativos en las empresas. Cada empresa debe diagnosticar cuáles son las necesidades formativas que requieren sus trabajadores (puede contar con la ayuda de asesores externos) y qué competencias desean que sus trabajadores desarrollen a raíz de los objetivos de la empresa. De esta manera, la empresa solamente tendría que invertir una cantidad mínima en la formación de los trabajadores, y posteriormente, gracias a la productividad de sus trabajadores, recibirán beneficios. Si quiere que estos beneficios sean mejores, aquí entraría la reflexión que realicé sobre el reparto de beneficios y motivar a los trabajadores, es decir, valorar todo el trabajo que realizan. También sugiero que las empresas, a través del departamento de recursos humanos de la zona, realicen una evaluación continua de la labor realizada por sus trabajadores para detectar estas necesidades y recibir el asesoramiento necesario para que puedan mejorar su labor e incitarles a implicarse. Si presenciamos una actitud negativa, deben ser amenazados con el despido para así lograr que se impliquen, y si no para dar entrada a otros trabajadores cualificados que necesitan trabajar.
8-En tiempos de crisis, muchas pequeñas y medianas empresas y muchos autónomos se han arruinado, y muchos han cerrado sus empresas. Además de todos los criterios de intervención planteados hasta ahora, sería importante que las multinacionales solamente tuviesen una extensión mínima, para favorecer que las pequeñas empresas puedan exportar sus productos y ganar más clientes, y así obtener los suficientes ingresos como para satisfacer sus necesidades básicas y alcanzar un estado de bienestar.
9-Aunque las personas desempleadas reciban una ayuda económica, sería importante que recibiesen esta ayuda económica a cambio de realizar una tarea en concreto. Un número determinado de horas a la semana (no excesivas, porque debemos facilitarles tiempo para que se dediquen a buscar empleo y a formarse) podrían realizar servicios a la comunidad (por ejemplo, colaborar en la atención a personas que se encuentren en riesgo de exclusión social), de forma que, además de ganarse la ayuda que han obtenido como si se tratase de un sueldo, les permitiría adquirir una experiencia laboral más (sobre todo para aquellos que solamente tengan estudios primarios) y desarrollar más habilidades: actitud positiva, habilidades sociales, trabajo en equipo, iniciativa, etc, que son imprescindibles para satisfacer las necesidades de las empresas y de la sociedad, además de elevar su autoeficacia y motivación cuando realizan positivamente su labor.
10-En los centros educativos, se debe hacer especial hincapié en la orientación profesional, sobre todo en el segundo ciclo de Educación Secundaria Obligatoria. Planteo aquí a continuación varios ejemplos de contenidos y tareas que podríamos realizar con nuestros alumnos, conectado con lo que aprendí en la asignatura Orientación profesional de la Licenciatura de Psicopedagogía: Intereses y capacidades del alumnado, la toma de decisiones, exploración de expectativas de los sujetos ante sus propias capacidades y nivel de autoeficacia, trabajar el autoconcepto de sus aptitudes, metas, intereses y talentos; elabora una “bolsa” de intereses y conocer todas las ocupaciones existentes en nuestra sociedad y conectarlo con los intereses, actividades para mejorar la motivación y la autoestima hacia el mundo laboral, charlas-coloquio sobre las distintas opciones educativas, explorar la madurez vocacional del alumnado y diseñar un proceso de intervención para evolucionarla acorde a la edad del sujeto y a la madurez que presentan, sesiones de “autoayuda”, desarrollo de dinámicas que fomenten el desarrollo de valores positivos para el acceso y desenvolvimiento en el mundo laboral, trabajo cooperativo y cohesión de grupos, relaciones interpersonales y labores entre un grupo de personas, realizar simulaciones o juegos de roles sobre situaciones o experiencias del mundo laboral relacionadas con el desarrollo de habilidades y valores, elaboración de un “currículum vitae” y una carta de presentación, desarrollar dinámicas para preparar al alumnado para superar entrevistas de trabajo (expresión oral, comunicación no verbal, seguridad en el habla, etc), analizar los sectores de trabajo existentes, organización y funcionamiento de una empresa, tipos de empresas, la globalización, temas sociales que afectan al mundo laboral, estereotipos vocacionales existentes, talleres específicos (informática, idiomas, matemáticas, etc) aplicado al mundo laboral, desarrollar habilidades cognitivas y capacidad de adaptación e integración al entorno laboral y sus frecuentes cambios, explorar qué significa para nosotros “trabajar”, aplicar tests de personalidad y de intereses ocupacionales para explorar cuáles son las ocupaciones que mejor se adecuan a nuestros intereses y personalidad, visitas a centros de formación y empleo, realizar proyectos de investigación enfocados al tránsito hacia la vida laboral y el funcionamiento de una empresa, orientación sobre cursos y talleres que ayuden a completar su formación, orientación para la búsqueda de empleo, analizar estudios de caso, etc. Junto a todo esto, debe garantizarse una educación de calidad, partiendo de las potencialidades y necesidades de los alumnos y planteando una metodología constructivista para favorecer un aprendizaje significativo y relevante. A mejor formación, mejor preparados estarán para enfrentarse a la vida cotidiana y laboral.
11-A ser posible, propondría que en 4º de Educación Secundaria se impartiese el área de “Iniciación profesional”. Esta asignatura tiene el objetivo de facilitar al alumno la elección de la rama profesional que desee cursar después de la ESO o bien proporcionarle los conocimientos básicos para acceder al mundo del trabajo. Los contenidos que trabajaríamos serían los siguientes: El mercado laboral, oferta y demandas de empleo, empleo público y privado, la inserción laboral de la juventud, la elección de profesión, tipos de empresas, el organigrama, la organización y funcionamiento de la empresa, requisitos para crear una empresa, prevención de riesgos laborales, el “currículum vitae”, derechos y deberes de los trabajadores, el convenio colectivo, la huelga y el cierre patronal, el contrato de trabajo, la jornada laboral, los salarios y los sindicatos, los módulos profesionales, las instituciones relacionadas con el empleo, estrategias y técnicas de búsqueda de empleo y el proyecto personal, entre otros. Esta asignatura es de especial interés para aquellos alumnos que quieran incorporarse al mundo laboral, que piensen crear una empresa, que decidan hacer módulos profesionales, ...
12-En el ámbito de la orientación profesional nada debe generalizarse. La orientación debe ser personalizada, de manera que el orientador debe diagnosticar las potencialidades y dificultades del sujeto para diagnosticar la intervención que necesita para desarrollar aquellas competencias necesarias para que pueda adaptarse a las exigencias de los perfiles profesionales demandados por la sociedad. El orientador debe prevenir futuras dificultades que puedan tener los sujetos a la hora de poder alcanzar sus metas. También debe orientar al sujeto acerca de la formación que debe realizar para alcanzar sus metas (“¿qué rama de Bachillerato es más adecuada?”, “¿existe algún ciclo formativo que me prepara para ser lo que deseo ser?”, “¿qué conocimiento informáticos debo dominar?”, etc), incluyendo en aquellas actitudes necesarias para desempeñar ese oficio, a raíz de la personalidad que presente. Entre las diferentes técnicas que debe utilizar, se encuentra la escucha activa, la técnica del reflejo, un uso presuposicional del lenguaje (dar por hecho logros o acciones del usuario), técnicas para que reflexione acerca de cómo poder superar dificultades, etc. Tenemos que mantener a los sujetos motivados para que superen sus dificultades y se esfuercen por lograr sus objetivos, intentando crear actividades que permitan aumentar su autoconcepto, autoestima y autoeficacia. Como orientadores, nunca debemos subestimar las posibilidades de los sujetos para alcanzar sus metas y ser educados en igualdad de oportunidades, independientemente de su caracterización (incluyendo posibles discapacidades que pueda presentar), manteniendo unas altas expectativas (aunque sin excedernos para evitar presionarle y que termine frustrado al no poder alcanzar esas expectativas). Intentar orientarles para que no se rindan porque piensen que por proceder de un contexto determinado, o que se rindan pronto y se conformen con muy poco, reducir creencias negativas (ej: “solamente se encuentra trabajando a partir de enchufes”), orientarles acerca de la utilidad de las diferentes técnicas de búsqueda de empleo existentes, etc.
13-Los formadores, incluyendo los orientadores de los centros educativos, deben actualizarse continuamente para saber atender las necesidades e intereses de los aspirantes a empleo, trabajadores, desempleados, empresas, etc. Deben asistir a reuniones científicas, cursos de actualización, mantener al tanto de las novedades en políticas de formación y empleo (autonómicas, estatales, europeas), actualizar las metodologías y recursos didácticos para saber responder adecuadamente a las necesidades (además de tener en cuenta las innovaciones TIC para el proceso de enseñanza-aprendizaje), etc. Según las necesidades que encuentren, deberán aumentar sus conocimientos para saber atenderlas adecuadamente.
14-Finalmente, quiero decir que un trabajo cooperativo entre todos los profesionales que se han mencionado aquí, incluyendo la cooperación del Estado, es fundamental para conseguir mejorar la situación actual. Si todos los profesionales se implican y logran que las personas afectadas también logren implicarse y evolucionar sus actitudes a otras positivas, podríamos lograr la inclusión sociolaboral de todas las personas. Podríamos construir una red social en la cual todos los profesionales de diferentes sectores (educación formal, educación no formal, servicios de orientación, organizaciones no gubernamentales, etc) se comunicasen, compartiesen información, se resolviesen dudas, diseñasen recursos, desarrollen proyectos en conjunto, etc. También tendrían acceso aquellas personas que tengan dudas y se encuentren en desempleo. Intentaríamos facilitar la construcción de un Centro de Acceso Público a Internet (CAPI) en aquellas zonas en estado de privación sociocultural y en riesgo de exclusión social, para que puedan tener acceso a esta red social, además de facilitarles que utilicen esta aplicación para sus tareas de la vida cotidiana, incluyendo la búsqueda de empleo, eliminando la “brecha digital”. Tendríamos dos tutores que se ocuparían de orientar a las personas a utilizar Internet y manejar la red social, entre otras tareas.
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