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miércoles, 30 de diciembre de 2020

Qué se ha logrado en 2020 y qué se intentará en 2021

 Como es habitual, al final de cada año analizo los avances que se han obtenido en 2020 y lo que se intentará hacer en 2021, tomando como referencia la lista de propósitos que redacté hace un año. Antes que nada, quiero dedicar un espacio a aquellas familias que han sufrido este año las consecuencias de la grave pandemia del coronavirus (COVID-19) que estamos viviendo. Muchas personas han visto como seres cercanos han perdido la vida de forma inesperada o con una antelación que nadie esperaba. Muchas personas han perdido su trabajo de la noche a la mañana, de forma inesperada, o han tenido que someterse a un ETRE que ha dañado su autoestima y que les ha afectado a nivel psicológicos. Muchos adolescentes han tenido que adaptarse de forma fugaz a una metodología para la que nadie estaba preparado, debiendo ganar un nivel de autonomía demasiado elevado para ese momento porque tuvieron que estudiar desde casa. Muchos jóvenes dieron un salto hacia adelante y respondieron con creces ante este reto, pero otros se han sentido desamparados por haber visto interrumpidas las medidas de apoyo educativo, las ayudas técnicas, el apoyo de sus docentes e incluso hasta carecían de los recursos tecnológicos necesarios para poder hacer frente a las tareas. Y tampoco me olvido de la Universidad, donde se han hecho esfuerzos para intentar no reducir la calidad de la enseñanza a pesar de las adversidades.

En mi caso, aunque es cierto que no he dejado en ningún momento de trabajar, he tenido que adaptarme a las adversidades. De la noche a la mañana, tuve que transformar mi metodología a una para que pudiera ser desarrollada por videoconferencia. No todos los casos pude atenderlos a través de esta metodología, así que tuve que aplazar muchas sesiones para el verano, y en esta segunda ola se han tenido que suspender sesiones (inclusive diagnósticos) o aplazar otras por confinamientos domiciliarios debido a que alumnos míos se vieron afectados por el virus, llegando a dar positivo. Yo mismo tuve que confinarme por haber tenido contacto estrecho con ellos. También ha habido problemas administrativos y conflictos con la administración que tuvieron que interrumpir las sesiones de algunos alumnos, pero afortunadamente ha habido un final feliz para estas familias y podrán ser retomadas después de las navidades. 

Los proyectos de consultoría también se han visto afectados. Algunos han salido adelante, pero otros fueron suspendidos debido a la crisis económica del coronavirus, otros aplazados porque la empresa sufrió un ETRE o porque el encargado se dio de baja por el coronavirus, otros con dificultades para llevarlos a cabo debido a las limitaciones en la movilidad por las medidas de prevención llevadas a cabo...

Ha sido un año duro, intenso, sin descanso. Ha habido momentos donde uno tiene ganas de tirar la toalla y parar, pero la cabezonería personal y los principios de ética profesional me impedían hacer eso, aunque se han tenido que corregir decisiones que podrían haber acabado en catástrofe de haber seguido adelante. Dicho esto, repasaré ahora los propósitos que me marqué para 2020 y en qué grado se han cumplido o no:

  1. Escribir un nuevo libro literario. Lo he intentado, tenía algunas ideas, pero tuve que trabajar durante todo el verano con sesiones y proyectos, y durante el curso llevé a cabo otros proyectos de consultoría para no interrumpir la actividad y poder cuadrar las cuentas. A cambio se escribió otro libro que mencionaré más tarde y participé en un capítulo de un libro (cuya aprobación y posterior publicación ha sido atrasado por el coronavirus).
  2. Ampliar mi formación psicológica, para aplicarla en mi trabajo y en mi vida personal. Si es necesario, pediré ayuda a profesionales. Para afrontar los casos de mi alumnado, he tenido que leer textos y pedir asesoramiento a colegas de profesión, y para un proyecto de una asignatura universitaria he tenido que documentarme bastante, aunque es cierto que tampoco ese contenido tenía relación directa con los casos de mi alumnado. No puedo decir entonces que este objetivo esté cumplido del todo. Si acaso diseñar las asignaturas universitarias me ha supuesto un nuevo reto, porque nunca lo había hecho hasta ahora, pero me han tenido que ayudar bastante para lograrlo y hasta me he sentido bastante avergonzando siendo yo Doctor.
  3. Retomar los cursos relacionados con el campo de la educación inclusiva que se quedaron "en el dique seco" y volver a intentarlo. Inclusive uno sobre creación de gabinetes psicopedagógicos. Los cursos sobre educación inclusiva sí puede decirse que se han retomado, ya que tuve la oportunidad de diseñar la materia de "Diversidad e inclusión educativa" tanto para el Grado de Educación Infantil como el Grado de Educación Primaria, para una universidad privada, así que reutilicé material y pude satisfacer esa espina que tenía del año pasado. En cuanto al curso sobre creación de gabinetes psicopedagógicos, lo diseñé utilizando eXeLearning, pero debido a problemas económicos de la empresa, se suspendieron los nuevos proyectos y decidí transformar el curso en un libro titulado "¿Qué tengo que hacer para crear un gabinete psicopedagógico?". Es una autopublicación realizada en Amazon. Es cierto que no fue sometida a una revisión a pares como sucede en las editoriales más prestigiosas, pero es un material que hice con mucho cariño y profesionalidad, partiendo de mi experiencia personal.
  4. Intentar introducir más y mejor el juego (no sé si denominarlo "gamificación") en mis métodos educativos. Esto sí he intentado hacerlo, y precisamente el tener que adaptar mi metodología a las videoconferencias hizo que echase mano de muchas aplicaciones TIC, y he intentado motivar con actividades lúdicas a alumnos/as que no mostraban de inicio interés por el contenido de mis sesiones. Eso sí, debo esforzarme más. Se ha conseguido a medias, pero queda mucho por hacer, tengo cosas aún que mejorar en este sentido.

En cuanto a los proyectos de consultoría, diseñé para el SEPE un curso de Monitor de Tiempo Libre (60 horas), para una consultora un curso de Estrategias para desarrollar la Resiliencia (30 horas), la citada asignatura de "Diversidad e inclusión educativa" para una universidad privada, y ahora estoy en la fase final diseñando en coautoría una asignatura para esa misma universidad, para el Grado en Educación Infantil, llamada "Habilidades docentes". En cuanto a proyectos iniciados en 2019, en marzo de 2020 finalizó la tutorización del certificado de profesionalidad de "Atención al alumnado con necesidades educativas especiales en centros educativos" de manera satisfactoria, con algunos contratiempos, justo antes de que se declarara el estado de alarma y el confinamiento por la crisis del coronavirus, aunque el alumnado tuvo que aplazar sus prácticas hasta septiembre por ese motivo. También he seguido tutorizando módulos y cursos relacionados con ese mismo certificado en otros centros de formación, entre otros cursos diseñados como el de Estrategias para desarrollar la Memoria, del año pasado.

Termina un año bastante duro. ¿Cómo enfocar el futuro 2021? Puede pasar de todo. Es cierto que con el inicio de la vacunación estamos viendo una luz al final del túnel, aunque tardaremos en recuperarnos de las consecuencias económicas de esta crisis. Yo personalmente me gustaría tomar un pequeño descanso de los proyectos de consultoría para poder centrarme más en mi alumnado, o en caso de surgir alguno, que me den suficiente tiempo para desarrollarlo y no trabajar a un ritmo intenso como me ha sucedido en estos últimos meses. Aunque he compaginado todo correctamente por haber hecho una planificación que ha dado resultado, puedo tener dificultades en el futuro para seguir con este ritmo. Deseo poder pensar bien el trabajo con mi alumnado, formarme más y ganar más confianza en mí mismo y fundamentar mejor todo lo que hago en mi trabajo, así como poder dedicar a cada alumno/a el tiempo que necesita. Dicho esto, como retos personales, me planteo evolucionar como profesional. Hay muchos momentos donde he sufrido cabreos constantes, ganas de tirar la toalla, me he frustrado ante las adversidades y me ha faltado una pizca de pasión por lo que hacía, cuando antes me tomaba las dificultades con mejor cara. Necesito dedicar más tiempo a formarme, leer más. Esto me ayudará a ser más positivo. Escuchar más a otros profesionales, saber cuáles son mis límites como profesional en lo que se refiere a mis competencias como psicopedagogo. Saber motivar mejor a mi alumnado, también necesitaré formarme más para ello y dedicar tiempo a reflexionar. Aprender a escribir mejor, porque todavía hay conceptos que me cuesta explicarlos y sobre todo utilizando menos palabras (me enrollo demasiado para explicarme, y creo que es algo fácil de comprobar viendo lo larga que está resultando esta entrada y el tamaño de mi tesis doctoral, que tiene 913 páginas). En relación con la escritura, intentaré sacar un hueco para escribir ese libro literario que intenté escribir este año.

Es un año que sobre todo va a estar marcado por la formación y el crecimiento personal y profesional. Con lo demás, intentaré seguir con la misma rutina en cuanto a proyectos y la atención a mis clientes en mi gabinete psicopedagógico. Pero sobre todo, se resume lo que pasará en 2021 de esta forma: ¡ESPABILA, RAFAEL, COÑO!

Dicho todo esto, aprovecho para desearles un feliz y próspero año 2021, que espero que sea mejor que este 2020 y que todos los problemas asociados al coronavirus y otros asuntos se resuelvan cuanto antes, y espero que todas aquellas familias afectadas de una forma u otra puedan cuanto antes resolver su situación personal.

Dr. Rafael López Azuaga

sábado, 28 de noviembre de 2020

Publicación del libro "¿Qué tengo que hacer para crear un gabinete psicopedagógico?"


Uno de los objetivos que me marqué para el año 2020 en la entrada "Qué se ha logrado en 2019 y qué se intentará en 2020" fue el siguiente: "Retomar los cursos relacionados con el campo de la educación inclusiva que se quedaron "en el dique seco" y volver a intentarlo. Inclusive uno sobre creación de gabinetes psicopedagógicos.". Aunque es cierto que primero diseñé el curso, finalmente tomé la decisión de convertir el curso que tenía pensado sobre creación de gabinetes psicopedagógicos en un manual, y así nació el libro "¿Qué tengo que hacer para crear un gabinete psicopedagógico?: Todos los pasos y aspectos a tener en cuenta para emprender tu propio centro psicopedagógico y pedagógico".

Quise compartir los conocimientos y experiencia que adquirí en lo que se refiere a la parte técnica de la creación de gabinetes psicopedagógicos. Durante los estudios universitarios y mientras hemos ejercido como orientadores educativos, hemos aprendido la parte técnica de nuestro trabajo como orientadores: evaluaciones psicopedagógicas, informes psicopedagógicos, programas de intervención, orientación académica y profesional, acción tutorial, y un largo etcétera. Pero apenas profundizamos sobre las diferentes salidas profesionales. Mi entrada "Salidas profesionales de Psicopedagogía (Orientadores educativos)" es la que hasta a día de hoy ha tenido mayor interés, por lo que consideré interesante la posibilidad de que los profesionales de la pedagogía y psicopedagogía pudieran conocer cómo pueden emprender sus propios proyectos empresariales y soñar con trabajar de aquello que les gusta. En el libro, describo las salidas profesionales principales de los pedagogos y psicopedagogos (aunque este contenido en mi entrada está en continua actualización), la maduración de ideas de proyectos empresariales de educación, el análisis de la validez y la factibilidad de nuestra idea, el análisis DAFO de estas, la organización de un gabinete psicopedagógico y el plan de recursos humanos, estrategias principales de marketing para gabinetes psicopedagógicos, la gestión de las finanzas del gabinete, posibles ayudas y subvenciones, y terminando finalmente con el desarrollo del Plan de Empresa. El libro se divide en 9 capítulos donde se trabaja todo lo explicado, con ejemplos y propuestas de actividades que podréis ir haciendo sobre la marcha para ayudaros a asimilar los contenidos, incluyendo además ejemplos de soluciones para dichas actividades.

El libro se encuentra disponible en Amazon, tanto en formato impreso como en eBook.

martes, 1 de septiembre de 2020

miércoles, 1 de julio de 2020

Nuevos cuentos para trabajar la comprensión lectora y libro recopilatorio

En este mes, os adjunto dos presentaciones: Un nuevo cuento diseñado para trabajar la comprensión lectora en Educación Primaria y un libro donde recopilo todos los cuentos creados a partir del formato de presentación de diapositivas, por si deseáis tener todos recopilados en un solo archivo.




lunes, 1 de junio de 2020

¿Qué podemos hacer para evitar el acoso escolar?

Este mes os adjunto una presentación que realicé para una conferencia que impartí en un instituto de Educación Secundaria sobre acoso escolar y su prevención. Espero que os pueda ser de utilidad.



viernes, 1 de mayo de 2020

Pautas y estrategias para trabajar la autonomía en los niños y niñas


1-Enseñanza de Auto-instrucciones

Se trata de instrucciones que una persona poco a poco termina por automatizar y decírselas a sí mismo. Los pasos a seguir para implantar esta metodología son las siguientes:
  1. Pensemos en una acción que deseemos trabajar. Por ejemplo, poner la lavadora. Pedir a tu hija que te acompañe y le vas indicando los pasos que debe seguir para poner la lavadora (incluida la separación de la ropa y elegir el producto de limpieza más adecuado para cada caso). No se lo hagas tú por ella, tiene que ser ella la que accione los botones necesarios para programar adecuadamente la lavadora. Mientras hace CADA PASO, le haces una fotografía.
  2. Imprime las fotografías y las pegas, ordenadas, en la habitación en donde se encuentra la lavadora. Cuando le toque poner la lavadora, debes indicarle que debe seguir los pasos que aparecen en las fotografías. Es importante que las fotografías estén ordenadas y bien secuenciadas. Al principio quédate detrás de ella supervisando, y si compruebas que se equivoca o se salta algún paso, dile: “Revisa la secuencia de fotos”. Poco a poco hasta que sea capaz de poner ella sola la lavadora.
  3. Repetir este procedimiento siempre, supervisándola. Poco a poco deberás notar que cada vez comete menos errores. Cuando sientas que cometa menos errores, quita las fotografías y permite que ella realice todos los pasos sin fijarse en ellas. Ella ahora debe decirse a sí misma los pasos para programar la lavadora debidamente. Pídele que los diga en voz alta. Si ves que se equivoca o se salta algún paso, le vuelves a poner las fotografías. Repetir este procedimiento hasta que finalmente sea capaz de automatizar todos los pasos.
Esta metodología sirve para aprender diferentes conductas, relacionadas con los hábitos de estudio, realización de tareas domésticas, etc., y para cualquier hábitos de autonomía. Es importante primero centrarse en un hábito y, a medida que ya vaya asimilando ese hábito, incorporar otro hábito a desarrollar. Debe ser algo progresivo.

2-En caso de que no ponga especial interés en los hábitos que se le están enseñando, conviene llevar a cabo un programa de refuerzo de nuevas conductas. Se sugieren algunos como las siguientes:
  1. Programa de “Economía de fichas”: Consiste en conceder puntos por cumplir la buena conducta que deseemos trabajar. Tendremos un calendario, y utilizaremos gomets (pegatinas) por cada día que ella haya cumplido con su buena conducta. Si ella cumple, se le concederá un punto, y ese punto (representado con la pegatina) lo pegaremos en el calendario, en la fecha que corresponda. En caso de no haber cumplido, se le obligará a hacerlo, pero a cambio no recibirá punto alguno. Cuando acumule unos cinco puntos, tendrá derecho a una actividad en familia que desee hacer. Es preferible optar por conceder premios que consistan en actividades que ayuden a reforzar los lazos familiares, y no objetos que resulten ser muy superficiales. Luego, a la próxima vez se le exigirán ocho puntos para optar a ese “premio”. A la próxima, unos 12 puntos, y así hasta ir pidiendo más. Llegará un momento en que la conducta ya la tenga asimilada y forme parte de su rutina. Es preferible empezar primero con una conducta y, una vez trabajada, hacer otra. Y los puntos que se conceden son por la conducta que haya hecho bien. Si se porta mal ese día o hace algo mal que no tenga que ver con la conducta que se está llevando a cabo, no quitarle el punto. Diferente es que decidas castigarla haciendo algo que a ella no le agrade.
  2. Emplear el Castigo positivo de forma POSITIVA: Existen dos tipos de castigos: el positivo y el negativo. El castigo positivo consiste en tener que someterse a una actividad o recibir algo que le resulte desagradable. Puede ser tener que hacer una actividad que no le guste, o incluso el clásico “azote en el culete”, pero esto último no lo compartimos. El castigo negativo sería quitarle algo que le guste, por ejemplo, dejarle sin consola durante una semana. Lo ideal sería aplicar el castigo positivo pero sin que esto conlleve a tener que recibir castigos corporales o físicos. Si no lleva a cabo la conducta que deseamos trabajar, debemos obligarla a hacerlo (supervisándola), y además de eso, tendrá que hacer otra tarea que le desagrade o que sea para ella un incordio (ayudar a hacer la comida, hacer los baños, fregar el suelo...). O si hace algo mal, además de pedir disculpas y reparar el daño causado, deberá hacer esa tarea desagradable. Castigarla sin algo que aprecie no ayudará mucho porque puede llegar a darle igual o simplemente buscar otra distracción alternativa.

miércoles, 1 de abril de 2020

Dos perspectivas: La heroína y el villano (Cuentos)

En esta ocasión, os adjunto dos cuentos donde vemos dos puntos de vista diferentes pero dentro de un mismo contexto e historia: La superheroína y el villano. Analizamos su lado más personal, su origen y sus emociones, intentando sentir empatía hacia ellos. Sirve para trabajar la comprensión lectora en Educación Primaria.




domingo, 1 de marzo de 2020

Pautas para ayudar a resolver conflictos entre los hermanos


A continuación, se aportan unas pautas generales para resolver conflictos que hayan sucedido entre los hermanos. Vamos a suponer que, de repente, escucha a sus hijos discutiendo o incluso acaban llegando a las manos. Este es el procedimiento a seguir:

1-Intente separarlos sin decirle nada. No deben darles un guantazo ni un azote a ninguno de los dos. Cada uno se irá a su dormitorio, y en caso de que éste sea compartido, a habitaciones separadas. Esperar cinco minutos a que estén más tranquilos.

2-Una vez pasados los cinco minutos, sentarse todos a hablar. Alguien empezará a hablar. Para evitar disputas por ver quién empieza primero, lanzar una moneda. Uno elegirá cara y otro elegirá cruz. Otra opción sería poner pegatinas en la moneda, donde en la cara A venga el nombre de “Mario” y en la cara B el nombre de “Paula”. Al que le toque, comenzará a explicarse, pero antes de eso recordaremos las dos normas básicas: “Cada uno debe respetar el turno de palabra del otro sin interrumpir”, “No hay que gritar, solo hablar”. Les podemos permitir hacer un dibujo si así se expresan mejor.

3-Debemos intentar ponernos en el lugar de cada uno y entender cómo se han sentido. Algunas frases que pueden servir de ejemplo son las siguientes:

  1. Así que te ha pegado tu herman@. No te gusta que te peguen y te ha sentado mal que te haya pegado, ¿verdad?”.
  2. ¡Vaya! Ese comentario te ha tenido que molestar bastante”.
  3. Entiendo que te gustaría que tu herman@ no te hiciera esas cosas”.
  4. ¿Crees que te hace eso para molestarte?

Estos comentarios son importantes para ayudar a que ellos poco a poco entiendan cómo se siente el otro con las consecuencias de sus actos.

4-En caso de que haya habido un acto de agresión, sea físico o verbal, por un comportamiento que no le gusta del otro hermano, debemos permitir que explique cómo se siente. Es bueno dejar que se exprese con palabras, como alternativa a los insultos y a los puños. Sería bueno disponer de un muñeco con el que el hermano pueda desahogarse: “No hagas daño a tu herman@. Muéstrame tus sentimientos con este muñeco”. Y aquí éste puede pegarle, insultarle, decirle cómo se siente con ella...Permitid que se expresen con libertad siempre y cuando haya respeto, y que cada uno entienda cómo se siente el otro herman@.

5-Ayudadles a encontrar una solución a sus problemas. A cuanta más creativa, mejor. Podemos pactar nuevas normas entre ellos, intentando que sean en positivo (ej: “Pedir permiso para coger cosas de mi herman@”). También podemos ayudarles a llegar a un acuerdo y a resolver sus diferencias. Intentad que dialoguen lo máximo posible, y que al final puedan darse un “abrazo de hermanos”. Es bueno enseñadles que no se resuelve nada con la violencia. Y por supuesto, los padres deben dar ejemplo de esto y no usar la violencia con ellos.

6-Durante el proceso de diálogo, los padres debemos evitar decir o hacer cosas como las siguientes:
  1. Evitar compararlos, tanto para lo bueno como para lo malo. Cada hermano es como es, con sus propias virtudes. No esperes que uno vaya a ser igual que el otro en todos los aspectos positivos. Si ocurre un problema, en vez de decir cosas como “¿Por qué no eres como tu herman@”, “Tu herman@ no hace esas cosas”, es mejor centrarse en describir el problema y tratarlo con él, sin nombrar al otro herman@.
  2. Al igual que no se deben hacer comparaciones negativas, tampoco se deben hacer comparaciones positivas: “Lo haces mejor que tu herman@”. Puede crear sentimientos negativos hacia el otro herman@, que se vean como rivales por el afecto y la atención de sus padres. Todas las comparaciones siempre son odiosas. Simplemente valorad lo que hacen, pero sin hacer comparaciones. Como ya se ha hecho, nadie es igual a otra persona y cada persona tiene sus propias virtudes.
  3. En caso de que sea un conflicto porque uno diga que le han dado más que a él en algo concreto, debemos tener en cuenta que no se trata de dar a los dos hermanos lo mismo, sino la cantidad que cada uno necesite. Ejemplos de quejas son las siguientes: “¡Le has dado más galletas a ella que a mí! ¡Él tiene más paga que yo!”. Acto seguido, le haremos esta pregunta: “¿Necesitas más? ¿Tienes más hambre, necesitas comprar algo...?”. Comentarios de este estilo.
  4. En caso de que haya habido una agresión física o verbal, no debemos centrar la atención exclusivamente en el agresor. En primer lugar, atender al perjudicado. Supongamos que la hermana le ha pegado un mordisco al hermano en la mano. Entonces, nos dirigimos al hermano y le decimos: “¿Te ha mordido tu hermana? A ver, déjame ver tu mano. Vaya, parece que te ha tenido que doler. Voy a ponerte algo de hielo, tu hermana debe aprender a decir las cosas con palabras en vez de morder a otras personas”. Con respecto al agresor, enseñadle la conducta alternativa y, en caso de repetirla, decirle cosas como: “¡Nada de mordiscos! Sabes cómo conseguir lo que quieres sin mordiscos”. Y dejárselo claro también al otro herman@: “Tu herman@ sabe ser amable y pedir las cosas bien o decir las cosas con palabras cuando quiere”. Es bueno que en cada herman@ creemos expectativas positivas hacia el otro.
  5. No dejar que ninguno de los dos vaya de “víctima”, ni tratar a ninguno como una víctima. En lugar de eso, enseñarle a defenderse con palabras. Contextualizarlo según la situación y ayudadle a llevarlo a la práctica. Por ejemplo, supongamos que uno de los dos dice: “¡Papá, no me quiere dejar su muñeco!”. Pues se le enseñan diferentes maneras de pedirlo prestado y negociarlo.
  6. Aceptar las frustraciones de cada herman@. Aunque es cierto que se debe trabajar la tolerancia ante la frustración, también es positivo ponerse en el lugar del otro y entender cómo se siente: “Entiendo que te sientas así, es muy duro”. Y a partir de ahí, dialogar y resolver el conflicto.
Y unos cuantos consejos más:
  1. A cada herman@ se le dedica el tiempo que cada uno necesite. No se trata de dedicarles a cada uno la misma atención, sino aquella que cada cual necesite, sin descuidar a ninguno de los dos. Cada uno tiene sus propias necesidades, y cada uno necesita un trato único y especial para ellos. No pasa nada por decirles: “Espera, estoy ayudando a tu hermana. Cuando termine, me cuentas qué te sucede e intentaré ayudarles”. Deben aprender que todos pueden necesitar su atención, esperar su turno y respetar que el otro necesite ayuda.
  2. Es bueno al principio darles pauta y ayudarles. A medida que vayan creciendo, les diremos: “Ya sois mayores. Estoy seguro de que los dos podéis llegar a un acuerdo y resolver esto”. Llegado este momento, podéis proponerle que escriban en una hoja las posibles soluciones que se le ocurran. Luego deberán acudir a sus padres para exponer las soluciones y ayudarle a elegir la solución más válida para todos. No cuestionar las soluciones, tan solo elegir entre todos la que resulte más adecuada.
  3. Si se pelean en exceso y notáis que prácticamente forma parte de un juego entre los dos, mostrad cómo los padres os sentís con todo esto: “Puede que para vosotros sea un juego, pero nosotros lo pasamos fatal”.
  4. Si es necesario, se puede disponer de un “libro de quejas” en casa, y las quejas serán estudiadas. Pueden ser expresadas con dibujos.

sábado, 1 de febrero de 2020

Nuevos cuentos para trabajar la comprensión lectora en Educación Primaria

Siguiendo la línea de los anteriores recursos presentados, se adjuntan nuevos cuentos para trabajar la lectura en niños de Educación Primaria. Pueden también utilizarse con niños con dificultades de aprendizaje en lectura, ya que el tamaño de la letra es grande y presentan muchos dibujos que ayudan a la comprensión lectora.





miércoles, 1 de enero de 2020

Pautas generales dirigidas a las familias para trabajar con niños con problemas de conducta e hiperactividad


1-Debemos tener en cuenta que cada niño/a tiene su propia personalidad, con sus virtudes y sus aspectos a mejorar. Valorar a nuestros hijos más por sus cualidades positivas y mostrarles afecto y atención, y dad tiempo a que poco a poco progrese.

2-Cuando vuestro hijo lleve a cabo una conducta positiva, debéis alabarle. Reforzar su conducta con felicitaciones, abrazos y elogios, evitando siempre regalarle objetos materiales.

3-En ningún momento debéis atacar a vuestro hijo. No echadle en cara hechos del pasado ni tampoco insultarle. No emplear respuestas como: “¡Pero si es que estás atontado! ¡Siempre estás igual! ¡Eres un borrico! ¡No tienes remedio!”, etc. En su lugar, intentaremos ayudarle a que piense sobre lo que ha hecho y le explicaremos cuál sería la conducta deseable, intentando siempre hacer un ejercicio de empatía: “Entiendo cómo te sientes, pero no me parece bien lo que acabas de hacer ahora. Creo que deberías...”.

4-Alabar siempre sus progresos y sus esfuerzos. Es importante para lograr que tenga un autoestima positiva y sana.

5-Intentar ayudarle a que entienda las reacciones y comportamientos de los demás, y que entienda por qué un determinado comportamiento suyo no ha sido correcto. Centrarse más en las conductas presentes, no echar en cara hechos del pasado.

6-En casa, debe haber normas de conducta para todos y todas. Es decir, todos los miembros de la familia deben tener normas de conducta. Deben estar formuladas en positivo, ya que la idea es aclarar y explicar cuál es la conducta positiva a llevar a cabo. Acordar con él las sanciones y castigos que recibirá de no cumplirlas, aunque lo ideal es que los castigos se basen en reparar los daños causados y que deba realizar una tarea que le desagrade. Nunca utilizar castigos corporales, y habitualmente castigarle sin algo que le agrada (por ejemplo, quitarle la consola) no suele ayudar mucho. La familia debe mostrarse firme en el cumplimiento de estas normas. Ejemplos de normas en positivo:
  • Habla a tu familia con respecto sin emplear insultos.
  • Termina siempre los deberes antes de salir a jugar.
  • Cuando nos sintamos nerviosos y a punto de enfadarnos, respirar hondo e intentar decir las cosas de manera amable.
  • Recoger siempre los juguetes después de haber terminado de jugar.
  • Ayudar a tus padres cuando te necesiten.
  • Hacer caso a tus padres cuando te llaman y te dan una orden.
  • Etc.
7-Nunca bajar la guardia. No debemos permitirle ninguna falta de respeto ni dejarle pasar ninguna mala conducta. Es importante que haya constancia en las pautas y en la aplicación de las normas.

8-Evitar perder la compostura delante de nuestro hijo. Si os sentís nerviosos, es mejor iros a otro lugar a relajaros y a desahogaros sin que él os pueda ver u oír. Luego, podéis ir a hablar con él con más calma de lo ocurrido. Si él se pone muy nervioso, para evitar que acabéis alterados, lo metéis en su cuarto solo durante unos 5-10 minutos hasta que se calme. Una vez que se haya calmado, retomaréis las conversaciones. Recordad que si nos comportamos de forma agresiva o histérica con ellos, pues tenderán a imitar vuestra conducta. Los padres son el principal reflejo y eje educativo de los niños y niñas.

9-Cuando haya un conflicto en el colegio, nunca sobreprotegerlo. Hablad con todas las personas implicadas, escuchar a todos e intentad ayudar a vuestro hijo a resolver lo sucedido y a asumir las consecuencias de sus actos.

10-Para reducir cualquier síntoma de nerviosismo, es importante proporcionarle un ambiente relajado, estructurado y predecible. Debe tener un horario de actividades y tareas, que siempre sepa lo que se va a hacer en cada momento. Las rutinas que citamos también se refieren a las horas de estudio, tiempo para dedicar al ocio, etc.