1-Cuando
la niña se enfade o tenga una rabieta (puede incluir o no agresión
a la otra persona), intentar no ponernos también agresivos o a la
defensiva. No debemos olvidarnos que los padres y madres somos el
primer modelo a seguir que tienen nuestros hijos e hijas. No podemos
enseñarle que no es bueno enfadarse de manera agresiva si nosotros
reaccionamos así de forma verbal y física. Si les gritamos, se
pondrán más nerviosos, no le ayudará a relajarse.
2-Es
bueno intentar que se relaje. Si no logramos calmarlo con abrazos y
aguantando sus manos si intenta pegarnos, lo llevaremos a una
habitación durante cinco minutos. Esperar a que el llanto se reduzca
y decirle "no voy a hacerte ni caso hasta que me hables sin
gritar ni enfadarse, sino tranquila, y dejes de llorar",
"cuando estés más tranquila, hablamos". Es posible
que no haya dejado de llorar, pero al menos la rabieta se habrá
pasado. Ya está más tranquila, así que hablaremos con ella. No
debemos intentar forzar razonar con él cuando está en una rabieta
porque en ese momento es incapaz de escuchar con atención.
3-Al
hablar con ella, intentar ponerse bajo su piel. Aunque es una niña
pequeña, es capaz de expresar emociones. Intentar entender el motivo
de su rabieta y responderle: "Entiendo que estés así, yo lo
estaría si fuera una niña, pero...", "Entiendo que
te hayas enfadado, pero no puedes pegarnos ni gritarnos ni
insultarnos porque nos haces mucho daño y nos ponemos muy tristes".
No se trata de ceder, sino de saber explicar nuestra postura de
manera empática. Si a pesar de todo insiste, aplicar la técnica del
disco rayado, donde continuamente le digamos los motivos por los que
rechazamos su petición, aunque podemos intentar buscar soluciones.
Por ejemplo, supongamos que quiere comer pizza y hay lentejas, y se
niega a comerlas. En vez de decirle "cómete las lentejas
ya", decirle "mañana podemos comer pizza por la
noche, pero hoy comeremos lentejas porque tienes que comer de todo
para estar fuerte, y si no lo haces, no podrás mañana comer pizza".
Es decir, es saber decirles que no pero acompañarlo con un "podrás
hacerlo más tarde...", "en otro momento lo
haremos...", "mañana sí...", "no
puedes coger eso pero sí otras cosas...". Otras: En
vez de decirle "no puedes hacer eso, ahora tienes que...",
decir "me parece muy bien, mañana o luego lo haremos porque
ahora tenemos que...". Es fundamental intentar negociar con
ella y llegar a acuerdos, pero deben ser cumplidos. No se debe ceder
para que se calme, sino reforzaremos que siga empleando la rabieta.
Se debe ser empático, pero a la vez firmes, y recordar nuestra
decisión.
4-Si
sus padres o abuelos sienten que se van a poner muy nerviosos y que
van a estallar, aplicarse el "tiempo muerto". Es decir,
irse a otra habitación a relajarse, y cuando nos encontremos más
relajados pues saldremos e intervenimos. Es importante no enfadarnos,
es decir, no mostrarnos agresivos ni a nivel físico ni verbal. Es
importante evitar recurrir a los gritos, insultos, azotes, etc. Si
nos ponemos muy nerviosos, le pediremos disculpas, le daremos un
abrazo y un beso, y le diremos que no volverá a ocurrir y que ella
también debe controlarse y que seguiréis intentándolo.
5-Cuando
termine la rabieta, no echarle en cara nada ni recordar lo que pasó
antes. Es importante que ahora se esté tranquilo.
Otras ideas importantes a tener en cuenta son las siguientes:
1-Como
siempre, es importante establecer una serie de normas en casa. Deben
ser pocas pero claras y firmes. Muchas normas sería muy agobiante
para una niña, y no logrará recordarlas. Es importante explicarle
esas normas y dejarlas claras. Si las incumple, deberá asumir las
consecuencias pactadas. En ningún momento debemos ceder y bajar la
guardia. Si no, jamás se tomará en serio las normas.
2-Para
que esté más relajada, sería bueno buscar ratos libres donde
todos/as puedan jugar con ella, sobre todo jugar a juegos que
impliquen movimiento. Ese videojuego de baile al que juega con su
hermano es una buena opción.
3-Recordemos
que es solo una niña. Tiene su propia forma de ver las cosas y de
percibir el mundo. Aunque a nosotros nos parezca una tontería lo que
diga, o pensemos que está siendo egoísta y demasiado caprichosa, es
como ella siente las cosas. Tiene ideas sobre lo que es justo e
injusto, y propias de niñas de su edad. Es por ello que puede
cometer los mismos errores o tener las mismas rabietas, pero con el
tiempo irá aprendiendo.
4-Podría
ser interesante que ganase algo de auto-control. Por ejemplo, podemos
dejarle que tome algunas decisiones personales, como escoger la
camisa que se pondrá para ir al colegio, y que un día a la semana
escoja el postre que desee (es un ejemplo, luego hay que adaptarlo a
otros casos).
5-Para
prevenir una rabieta producida por el hecho de que se le obliga a
interrumpir una actividad que le gustaba hacer, intentar avisarle con
10 minutos de antelación que debe ir terminando. Por ejemplo, está
jugando con sus muñecas y se encuentra muy a gusto. Si dentro de
poco hay que ir a comer, avisarle con 10 minutos de antelación que
debe ir terminando de jugar con las muñecas. Al menos le da tiempo a
terminar de jugar de manera relajada que si se le interrumpe de golpe
para que deje de jugar al instante.
6-Proponerle
retos que estén relacionados con conseguir llevar a cabo una
conducta, para así intentar motivarla.