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lunes, 1 de julio de 2013

Criterios para diagnosticar adolescentes "adictos" o que realicen un uso problemático de las nuevas tecnologías

El mes pasado empezamos con las familias, y ahora pasamos al diagnóstico e intervención. El apartado de las familias podría servir de inspiración para otro tipo de intervenciones, de ahí a que lo pusiera primero. Ahora vamos a suponer que queremos saber si dentro de un aula hay estudiantes que dedican demasiado tiempo a las tecnologías en el sentido de que roza la "adicción" y le afecta a sus facetas diarias. Debemos recordar que el hecho de dedicar mucho tiempo a una tecnología no quiere decir que esa persona sea adicta, ya que hay personas que están trabajando o estudiando con el ordenador pero realizando sus tareas obligatorias, y no son personas adictas. Vamos a establecer estas orientaciones, partiendo de la bibliografía y el asesoramiento recibido por profesorado universitario experto en la materia.

Una de nuestras tareas a realizar será la de diagnosticar posibles usos problemáticos o conductas adictivas que puedan presentar algunos sujetos, o confirmar si aquellas personas cuyas conductas son sospechosas de presentar una posible adicción necesitan alguna intervención específica o simplemente la intervención debe centrarse más en la prevención. Tenemos pensado pasar unos cuestionarios en los grupos-clase con los que vayamos a intervenir, además de realizar un debate sobre la temática. Por otro lado, realizaremos entrevistas personales a las familias y a los propios sujetos sospechosos de presentar la adicción con el objetivo de comprobar si ya realizan un uso problemático o presentan dicha adicción, o simplemente puede estar en peligro de tenerla pero puede prevenirse con la adecuada intervención. Para elaborar cada uno de estos instrumentos, hemos partido de los siguientes criterios, en todo momento orientativos, elaborados a partir de la revisión bibliográfica y del asesoramiento recibido por profesores-as universitarios expertos:

  1. El sujeto ha llegado a mentir a su familia y otras personas acerca del tiempo que ha estado conectado, o finge que ha ido a realizar otra actividad (ej: estudiar en la biblioteca) cuando lo que ha hecho ha sido estar conectado a Internet (ej: conectarse a Internet en un ordenador de la sala de informática de la biblioteca). De esta manera, intenta conseguir evitar tener que atender o acompañar a la familia a salir, ir al colegio, etc.
  2. El sujeto tiene dificultades para establecer y mantener relaciones sociales personales, es decir, que no se realicen a través de “máquinas”. Tiene mucha más facilidad y comodidad para relacionarse a través de las tecnologías, e incluso lo prefiere, y la mayor parte de sus relaciones son a través de este medio.
  3. El sujeto, desde que tiene ordenador o conoció los videojuegos o las redes sociales que tanto le gustan y utilizan, ha reducido su tiempo de dedicación a sus responsabilidades (por ejemplo, los estudios y la familia). Con respecto al rendimiento académico, le ha afectado negativamente, empeorando sus notas. Sus formas de diversión también son muy limitadas, reduciéndose prácticamente a su conexión con el ordenador. No realiza otras actividades de ocio diferentes, y ha sacrificado otras actividades sociales y deportivas para poder dedicarle más tiempo a los videojuegos. Prefiere quedarse interactuando en las redes sociales o en los videojuegos online que salir a la calle.
  4. El sujeto se pone demasiado nervioso cuando no puede conectarse, sufriendo ansiedad y ganas de irse fuera a buscar algún lugar donde pueda conectarse.
  5. El sujeto mantiene continuas discusiones con su familia sobre el tiempo dedicado a conectarse a las redes sociales y a los videojuegos.
  6. Aparece un deseo o pulsión irresistible para conectarse. El sujeto intenta limitar el tiempo de conexión y dominar el impulso, pero no lo consigue (“Un minuto más”, “ahora voy”), perdiendo la noción del tiempo. Pasan las horas y te das cuenta demasiado tarde de que no has hecho nada, excepto navegar.
  7. Cuando el sujeto está delante del ordenador dispuesto a comenzar sus actividades “preferidas” (sea conectarse a las redes sociales o jugar a los videojuegos online, o ambas actividades), siente una euforia excesiva, histérica, la cual le hace sentir más nervioso y perdiendo la concentración para atender a otros estímulos del entorno. Sufre una enorme excitación cuando se conecta, y se hunde cuando no lo está o deja de estarlo.
  8. El sujeto, a pesar de todo, siente necesidad de aumentar progresivamente el tiempo de conexión para sentirse satisfecho. Reduce sus horas de dormir para poder dedicárselo a la conexión, con las consecuencias correspondientes: debilidad, disminuye el rendimiento por cansancio, etc. Ha llegado a quedarse dormido alguna vez en clase, o incluso encima de su ordenador o móvil.
  9. Continuamente actualiza su red social para informar sobre lo que está haciendo a lo largo del día, sobre todo si tiene un teléfono “smartphone”.
  10. Los temas de conversación del sujeto se centran básicamente en las actividades que realiza en las redes sociales y-o en los videojuegos.
  11. Puede sentirse mal si piensa en la posibilidad de reducir el tiempo de conexión.
  12. Cuando interrumpe el juego, el sujeto siente agitación, mal humor, irritabilidad, etc.
  13. Se conecta a las redes sociales porque así le ayuda a olvidarse de otras preocupaciones.
  14. Alguna vez ha pensado en dejar la red social o el videojuego porque considera que le tiene “atrapado”.
  15. Cuando me desconecto de la red social o del videojuego, no paro de pensar en la próxima conexión y en lo que voy a hacer cuando vuelva a conectarme (anticipación).
  16. El sujeto a veces puede ser adicto a un contenido concreto, más que a las redes sociales o a los videojuegos. Por ello, habría que diagnosticar si hay una adicción previa que ha provocado que esté conectado durante mucho tiempo por ese motivo. Si fuese así, la clave de la intervención estaría en esa adicción previa. Por ejemplo, hay personas que se conectan a chats o redes sociales sobre sexo y cibersexo porque es una persona adicta al sexo.
  17. El sujeto se encuentra más a gusto con su nueva personalidad ficticia creada en Internet, y prefiere seguir utilizándola a menudo en esa red para compensar su “yo real” en la vida cotidiana. Se siente más a gusto con ella, y cuantas más horas la esté llevando a cabo, más aumenta su confianza en sí mismo.

    Bien, lo próximo será la intervención. Lo estoy publicando poco a poco para no agobiar, y además porque mi intención es siempre subir una entrada mensual al blog para mantenerlo actualizado de forma regular. Si alguien desea urgentemente conocer el proyecto entero, le invito a que me envíe un correo electrónico a anonimato_166@hotmail.com, mi dirección de correo habitual. Eso sí, si desea utilizarlo, le rogaría al menos que lo citase, por respeto sobre todo a la asociación a la cual fue dirigida este proyecto. Muchas gracias.